"¿Por qué Gaspar Bennazar ha sido una figura tan escondida? ¿Son envidas hacia su monopolio de trabajo o rencores más personales?" El documental Bennazar, S´arquitecte de Palma, de Mosaic Producciones, trata de despejar algunos interrogantes que pesan sobre uno de los personajes más importantes de Ciutat, indiscutible en la geografía urbana actual, cuya persona aún genera sentimientos encontrados. La cinta, dirigida por Mar Pla y Miguel Eek, se estrena el próximo martes, 17 de junio, a las 20 horas en el Teatre Municipal Catalina Valls.

El arquitecto y urbanista Gaspar Bennazar (Palma, 1869; Barcelona, 1933) fue "un hombre tan desconocido como excepcional cuya vida y obra nos fascinó", confiesan los responsables de esta película biográfica. Su investigación no fue tarea fácil. Teniendo en cuenta la relevancia y extensión de su obra, encontraron muy poca información -"ningún estudio en profundidad", lamenta Eek-, salvo una brevísima biografía redactada por su nieta, los estudios del Miquel Seguí y algunos artículos publicados en internet.

"Fue una persona muy bien relacionada", "con una personalidad muy fuerte que imponía", "único", "el padre de los arquitectos", "un arquitecto creador" y "un gran aficionado a los toros y a la buena vida" son algunos de los testimonios que ofrece una película construida, en parte, a partir de entrevistas con el escritor José Carlos Llop, las historiadoras de arte Catalina Cantarellas y Mercè Gambús, los arquitectos Martí Lucena y Pere Rabassa, la portavoz de ARCA, Àngels Fermoselle, el cronista oficial de Palma Bartomeu Bestard y, sobre todo, su nieta, Maribel Bennazar, quien proporcionó numerosas claves sobre su abuelo.

Un arquitecto polémico

Hablando con unos y otros, Miguel Eek y Mar Pla advirtieron que no era casualidad tanto silencio sobre la figura de Bennazar, que todavía hoy suscita "visceralidades complejas, herencia de las disputas de poder que afectaban a gran parte de las personas destacadas de la sociedad. Su poder de influencia le granjeó no pocas antipatías que, en algunos casos perduran".

Los cargos que llegó a sumar, "hoy sería impensable por incompatible", evidencian su influencia: arquitecto diocesano, arquitecto de patrimonio, arquitecto municipal de Palma...

Lo cierto es que, entre la decenas de entrevistas realizadas, se habla recurrentemente de la polémica en torno a las ventajas y privilegios de los que gozó durante sus treinta años de carrera, al tiempo que todos coinciden en su extraordinaria capacidad de trabajo.

S´Arquitecte, como era conocido en Palma, es protagonista de la Palma moderna. Entre otra diseñada y reformas, acumuló alrededor de 700 incursiones. Su obra trasfiguró la Ciutat de principios del siglo XX con obras tan significativas como la Plaza de Toros, el Matadero Municipal (s´Escorxador), el edificio el Águila y Can Salas, el Paseo Sagrera o Es Pont d´es Tren. Además, dirigió una de las metamorfosis más notables de la ciudad: la demolición de las murallas medievales de Palma, por donde hoy transcurren las Avenidas. En la Part Forana proyectó la Iglesia de los Dolores, en Manacor, y la iglesia parroquial de Esporles, entre otras.

"Su obra está ligada a sus pasiones", subraya Eek. Así, la devoción que Bennazar profesó hacia los toros, el teatro o el cine, quedó reflejada en obras como el Coliseo Balear, el Teatro Lírico y el Alhambra, o los cines Borne y Rialto. "Fue un bon vivant, según su nieta, una persona a la que le gustaba comer bien y se interesaba por la cultura", añade.