En sus viñetas, la plástica tiene tanta "responsabilidad artística" como el contenido social. Así lo asegura a DIARIO de MALLORCA El Roto (Andrés Rábago), quien nunca se ha reconocido en el humorismo gráfico sino en la tradición de la sátira. Una selección de entre 25 y 30 originales del dibujante madrileño se exhibirá en el Teatre de Lloseta a partir del próximo 30 de mayo. La inauguración de la muestra, organizada por la regidora Pepi González, arrancará a las 20 horas con una conferencia del periodista Andreu Manresa y el crítico Josep Antoni Mendiola. "Será una antología de obra publicada que permitirá que la gente pueda ver la calidad formal y la técnica en la que ésta está ejecutada", explica. Una selección "representativa" de la forma de pensar de El Roto que discurre por los temas -o el tema: la crisis y sus causas- que han obsesionado al dibujante en el último lustro. "Es una miscelánea sobre lo que está pasando en la sociedad ahora mismo y dónde estamos", asegura Rábago, cuyas viñetas recalan en Mallorca después de mostrarse por primera vez en un museo, en concreto en el CAC Málaga.

El dibujante, un colector del sentir de gran parte de la sociedad, comprende que sus trabajos puedan interpretarse como pesimistas. "La sátira consiste en reflejar la parte negativa de los hechos sociales. No me ocupo de lo que está bien", refiere. Al artista, que firma auténticos manifiestos a los que consigue insuflar vida y verdad, le preocupa mucho que el concepto de humanismo haya quedado sumergido en un sistema de pensamiento que todo lo enfoca a lo cuantitativo y se ha olvidado de lo cualitativo. "Eso es lo que nos ha llevado a esta situación", considera. "El fin último de la vida no es la acumulación de bienes sino el aprendizaje que se extrae de ella y las acciones que durante ella se llevan a cabo; acciones que deberían ser beneficiosas para nosotros, para la gente y todas las formas de vida", agrega Rábago, quien señala dos elementos sobre los que se sustenta actualmente el poder y también la sociedad: "la mentira y el cinismo". "Otro ingrediente que forma parte del pensamiento que ahora gobierna es el miedo paralizante de la gente", comenta. "Es curioso, porque ahora mismo la mentira es tan descarada que ya ni siquiera nadie se las cree, pero las aceptamos como un hecho constitutivo de lo real. Y no vamos más allá de eso porque sería demasiado fatigoso desmentirlas", prosigue el Premio Nacional de Ilustración. La luz al final del túnel pasa, según Rábago, "por la necesidad de construir una mente alternativa a la actualmente imperante. Hemos de crearnos un sistema de pensamiento distinto para que el del poder y sus propias mentiras caigan por su propio peso", asegura. "De todos modos, en estos momentos, creo que el sistema político que tenemos no es ajeno a nuestras propias deficiencias. En el fondo, participamos de sus mentiras y sus ventajas", considera. Conversando sobre alternativas y analizando una de sus últimas viñetas publicadas en El País, en concreto la del pasado jueves, Rábago se pregunta si de verdad los partidos que se presentan como nueva opción para las elecciones europeas son tal. "Se ofrecen bajo esa nomenclatura, pero habría que ver si su modo de pensar lo es. Los alternativos forman parte muchas veces de ese mismo sistema de pensamiento imperante", manifiesta. "La verdad es que no sabemos ya qué votamos porque no sabemos qué va a hacer el partido al que hemos elegido. Vamos a ciegas a las urnas. Si ya ni creemos que van a cumplir su programa, es que la democracia está herida de muerte", agrega.

Rábago, que también es pintor de lienzos, piensa que es importante elevar el nivel de la realización formal de los dibujos "para que no se queden en algo ramplón o facilón. La calidad del dibujo es lo que permite que permanezcan en el tiempo". Lo de enviar diariamente una viñeta al periódico no lo lleva mal -"es un privilegio"-, a pesar de ser una proeza al alcance de pocos. "Vivo bastante aislado, aunque me comunico con todo. Soy una persona abierta pero desde mi espacio", concede.