Bastan pocas páginas de La llama danzante para que el lector se percate de que se encuentra frente a una mixtura de road novel e historia de amor muy bien apuntalada por el escritor José Luis de Juan. Premiada con el último Ciutat de Palma Camilo José Cela de novela en castellano, la obra acaba de ver la luz en la editorial Minúscula, un sello que es del agrado del autor y colaborador de este diario. "También me gusta que se haya publicado en la colección Paisajes narrados, porque ésta es una novela de viaje", comenta el escritor, un género que practica con asiduidad habida cuenta de que publica artículos en el suplemento El Viajero de El País.

La obra está narrada en tercera persona, de modo que el lector irá tirando del hilo de Ariadna que le tiende el narrador. El protagonista es "un tipo que va a California con el fin de preparar un reportaje sobre los franciscanos". En concreto, la novela describe ese viaje y la relación amorosa entre Juan -así se llama el personaje principal- y Lotte. Un viaje que no se circunscribe únicamente al tiempo de la novela, a su presente, "sino que también es un viaje en el tiempo", comenta De Juan, "una aventura que se lleva a cabo mediante flashbacks, pues el protagonista, que es fotógrafo, ya llevó a cabo en el pasado un viaje con su familia a la misma zona", indica el autor. Así, se establece en la novela un diálogo con ese pasado, con el paso del tiempo y el cambio de las circunstancias.

Otro de los ejes gravitatorios del libro es la relación entre Juan y Lotte. Una relación desigual habida cuenta de que ninguno de los dos comparte generación y su educación también es distinta. "Ella es alemana, él es mallorquín, y hay como un desencuentro entre ambos. Podríamos decir que Lotte es más cosmopolita", explica escritor.

La novela está estructurada en cuatro bloques distintos. El primer bloque se centra en el viaje por el desierto de Arizona. El segundo, se circunscribe a Los Ángeles. El tercero trata sobre todo por el viaje en torno a las misiones de San Diego. Y, por último, el cuatro bloque desemboca en San Francisco, con el protagonista ya viajando solo.

Amén del tema del viaje, la historia está trufada de reflexiones sobre la amistad, las relaciones sentimentales o la pérdida de la identidad, sensación que inunda al personaje principal en un momento de la novela, "un sentimiento que le produce una suerte de vértigo", señala. Por eso, el viaje le va a servir para reencontrarse con su propia identidad, reconstruirla. Porque, "al fin y al cabo, un viaje es eso".

La novela se abre con unos versos de Robert Graves: "Eternal genii of dancing flame / Armed with the irreprochable secret / of love, which is: never to turn back", pertenecientes a un poema que no se tradujo nunca al castellano. "Estos versos tienen que ver también con el lema de Junípero Serra: ´Always look forward, never look back´".

Asimismo, en el volumen hay muchos referentes literarios: Dante y los cantos del Infierno de La Divina Comedia, Ulises, etc.

En cuanto a la actual modificación de las bases de los premios Ciutat de Palma de literatura, el autor declina entrar en cuestiones políticas. Únicamente opina: "Tenemos escritores que escriben en las dos lenguas y no hay ningún problema".