Orquestra Simfònica de Balears ***½

Solista. Lola Casariego, soprano. Director: Luís Remartínez. Espacio Escénico: Auditòrium de Palma. Programa: Obras de Beethoven, Mozart y Brahms. Fecha: 15/11/13.

No, no hay error en el título. Lo de Molto (en vez de Moto) es intencionado. Sustituir el título del aria de Mozart Un moto di gioia por Un molto di gioia es un hecho voluntario y que resume el disfrute durante el pasado segundo concierto de temporada de nuestra formación sinfónica. De explosión de alegría a alegría múltiple.

Así fue. Primero a través de una lectura muy a lo Beethoven de la obertura de Fidelio, la ópera que bien merece ser programada entre nosotros. Remartínez (a quien el Consorcio para la Música dedicó el concierto, con placa incluida) pidió a los músicos una versión intimista, beethoveniana. Como después hizo también con la sinfonía, la segunda de Brahms que llenó la segunda parte de un estilo también muy de la época.

Pero antes la orquesta brilló también en el acompañamiento (es un decir, pues toma protagonismo casi al mismo nivel que la solista) que hizo de las arias Un moto di gioia de Mozart y Ah perfido! de Beethoven (muy mozartiana). Lola Casariego, si tener una voz potente, posee un gran registro que le permite estar cómoda en graves y en agudos. De hecho asume papeles de mezzo y de soprano indistintamente. Cantó bien, pero demasiado pendiente de la partitura, lo que no le permitió ni ligereza ni espontaniedad. Buena técnica, buen estilo, pero la faltó saber transmitir el espíritu.

Luis Remartínez me consta que conoce las sinfonías de Brahms. Las ha dirigido múltiples veces. Y con el tiempo las va llevando a un terreno en el que la madurez marca la consigna. Las despoja de un romanticismo excesivo, y las lleva a un terreno más clásico; utilizando los elementos estrictamente necesarios, con una cuerda a la que le pide un sonido medido, controlado y dejando fluir las partes de viento casi a su manera, como si de solistas se tratara. La libertad tiene riesgos, pero también puede producir efectos sonoros de impacto. Como en ese segundo movimiento, tan intimista y que conduce a la explosión melódica del tercero, en el que las cuerdas, todas, explotan en una vorágine melódica única. Una versión curiosa, cromática. Como toda la velada. Un placer, una gioia. Un Molto di gioia.