Últimas palabras en memoria de Don Tòfol [como era recordado por familiares y amigos]. Ayer por la tarde, numerosas rostros conocidos del mundo de las letras se acercaron al funeral para rezar por el escritor mallorquín. "Celebramos el funeral de Don Tòfol, en lengua castellana, como mandato expreso del difunto y con el consentimiento de la familia", arrancaba en su discurso el párroco de la Iglesia de San Sebastià. El autor de Viaje a Cotiledonia falleció el pasado miércoles, 5 de septiembre, a la edad de 89 años, tras unos meses de convalecencia por una caída.

Hasta la capilla se acercaron, además de sus familiares y allegados, el regidor de Cultura, Fernando Gilet, acompañado de la directora general de Cultura y Juventud, Isabel Cerdà. También lo hicieron Miquel Deyà, director general de Universidades, o Monserrat Casas, rectora de la UIB. Del gremio de editores y escritores también hubo una notable presencia. Empezando por Andreu Ferrer, y su hijo Miquel Ferrer, de Edicions Cort, responsables de la publicación de sus últimos trabajos. Ferrer padre lo definía días atrás como "uno de los escritores más importantes en lengua española por su originalidad y su profundidad". Pero lo que no se ha dicho, a juicio del párroco y amigo del "estrambótico" escritor -como le ha evocado también el articulista y escritor de este diario, José Carlos Llop, que estuvo presente- es que "también era cristiano y católico, y un fiel feligrés", apuntaba el párroco.

El crítico literario y escritor José María Nadal Suau también se encontraba allí, en tanto que está preparando su tesis doctoral sobre el autor de El asno inverosímil; el músico Agustín Aguiló, el editor Guillermo Canals, el novelista Roman Pinya Valls, la periodista Marga Melià -que entrevistó también al escritor en su libro Soportando el paraíso-. Igualmente asistió el traductor y colaborador íntimo del Premio Nobel Camilo José Cela Conde, Fernando Corugedo.

Escritor sin género, amante de la soledad, poético e irónico. Entre los premios que recibió Cristóbal Serra se encuentra el Ramon Llull, concedido por el Govern balear en el año 2000 y el nombramiento como Doctor Honoris Causa por la Universidad de las Illes Balears en 2006. Del departamento de literatura castellana tampoco faltaron profesores. Miquel Durán, Jaume Garau, Perfecto Cuadrado y su mujer, Maria Palleras. "Dios no se deja cazar por un cerebro, aunque sea de Einstein", recordaba el párroco.