Los primeros indicios de que los chimpancés se sirven de herramientas para tareas diversas como cazar termitas €con una rama despojada de sus hojas€ o romper nueces €mediante martillo y yunque de piedra€ las dieron la londinense Jane Goodall y el catalán Jordi Sabater Pi en una época en que se creía que sólo los humanos eran capaces de semejantes hazañas. Hoy está tan aceptada la capacidad para la cultura de los chimpancés que incluso autores como Andrew Whiten han llevado a cabo una especie de mapa de territorios con distintas tradiciones culturales de esos simios en Guinea, Costa de Marfil, Gabón, Uganda y Tanzania. Como resulta necesario tener un término inequívoco para denominar la conducta humana, se ha hablado de la capacidad de nuestra especie para producir no ya útiles sin más sino herramientas sofisticadas. Un concepto demasiado amplio porque en él entrarían desde las tallas microlíticas de la cultura con la que entraron los cromañones en Europa, la auriñaciense, a la computadora con la que se escribe esta cuartilla €por no hablar de las técnicas de talla, también muy avanzadas, de neandertales y Homo erectus. Tal vez el artículo publicado por Itai Roffman, del Instituto de Evolución de la universidad de Haife (Israel), junto con dos colegas del mismo centro y las primatólogas Sue Savage-Rumbaugh y Elizabeth Rubert-Pugh, del Great Ape Trust/Bonobo Hope Sanctuary de Des Moines (Iowa, Estados Unidos), obligue a precisar más ese término. Esos autores han descrito cómo dos bonobos €Pan paniscus€ a los que se había enseñado hace tiempo el lenguaje de los sordomudos y se comunican con sus cuidadores por ese método con gran facilidad, Kanzi y Pan-Banisha, son capaces de fabricar herramientas de piedra del estilo olduvaiense, el que suponemos que fue utilizado por el Homo habilis hace 2,5 millones de años, de las que se sirvieron luego esos bonobos para cavar o para procesar leños de cara a obtener nuevas herramientas.

Existe una diferencia esencial entre el uso de piedras para cascar nueces €cosa que hacen no sólo los chimpancés en libertad sino también los monos capuchinos€ y la talla deliberada de núcleos para conseguir útiles como puedan ser las raederas o las esquirlas que sirven de cuchillo. Se creía que sólo los miembros del género Homo y, tal vez, los Australopithecus habían logrado ese nivel cultural. Roffman y colaboradores acaban de indicarnos que los chimpancés cuentan también con las capacidades mentales necesarias para llegar a él. Pero caber plantear la misma pregunta que se refiere al aprendizaje de la lengua de signos: ¿qué demuestra eso? ¿Qué bonobos y chimpancés comunes son muy inteligentes? Nadie lo niega. Pero ni el lenguaje de los sordomudos ni la talla de herramientas, ya sean de piedra o madera, son tareas necesarias para los chimpancés en la naturaleza. Lo en verdad sorprendente es que hagan lo que hacen en libertad, comenzando por su capacidad asombrosa para entender y manejar sus grupos sociales.