Libro en mano, el padre del infatigable inspector Kostas Jaritos, Petros Márkaris, toma asiento en una terraza de la Plaza Mayor de Pollença. El griego explica que cuando arrancó la crisis en su país decidió escribir una trilogía inspirada en ella. Sobre Europa advierte: "No hay que confundir el continente con el euro".

€Cuando empezó la crisis decidió escribir una triología para explicarla. ¿Le bastarán sólo tres libros?

€Cuando tuve la intención de publicar una trilogía sobre la crisis, en Grecia los políticos creían que sería mucho más corta. Decían que era cosa de tres años, que después todo se arreglaría. Yo ni fui ni soy tan optimista. Llegados a este punto tengo tres opciones: escribir un epílogo, convertir la triología en tetralogía o escribir otra trilogía tras la crisis.

€¿Es ahora más optimista?

€Cuando escucho a los políticos quitarle hierro al asunto siento que no es tan fácil. Lejos de mejorar, a la larga las cosas se ponen peor.

€No cree demasiado en la política...

€Mire a su alrededor. ¿Acaso hay alguien que crea en ella, alguien que confíe en la clase política? Nadie. Y la crisis justifica esta carencia de fe. El pan de cada día son las pequeñas políticas, las que no son nada claras y las que están perdidas. Nadie confía en ellas, es un completo desastre.

€¿Cuáles son las diferencias entre Grecia y España?

€[Silencio] No quisiera ofender. Cuando el problema empezó en Grecia, países como Italia, Portugal o España se llenaban la boca diciendo que ellos no eran Grecia. Mire ahora. El concepto mismo de la carencia común nos salpica a todos. Es normal que la crisis empezara en Grecia, la parte más débil de Europa. Explotó ahí, pero se expande por todo el continente. Hace unos meses vine a Sevilla. Caminando por sus calles creía que estaba en Grecia.

€¿Una Europa a dos marchas?

€Esta crisis tiene dos categorías. La primera es Europa central. Alemania, los que no quieren pagar el precio de su error. La segunda es Europa del sur: Italia, Portugal, Grecia, España. Países que no tienen un ideal para empujar Europa a hacer las cosas bien.

€¿Todo lo que hacemos lo hacemos mal y tarde?

€Siempre es igual. Además hay otro punto: identificar Europa con el euro. Un gran problema. Nos olvidamos por completo de la diversidad cultural de Europa. Nadie habla de ello, pero existe una cultura mediterránea aquí, en el sur de Europa. La única manera de permanecer juntos en la lucha contra la crisis es abrazarse a ella. Pero en la crisis nadie es inocente. La responsabilidad de intelectuales, literarios y artistas no es poca: lo hemos dejado todo en manos de políticos.

€¿Cuál es el siguiente paso?

€No hay un siguiente paso claro. De lo que estoy totalmente convencido es de que el euro está perdido. Y ojalá esté equivocado, pero si Europa no puede continuar así el siguiente paso sería la solidaridad política y financiera. Alemania no lo entiende. No cree en la solidaridad. Si los alemanes se niegan a sí mismo la solidaridad, ¿por qué deberían ayudar a sus vecinos? Pero si Draghi [presidente del Banco Central Europeo] los convence, el paso sería ese: la solidaridad.

€En sus libros, ¿busca usted a los culpables?

€En el primero de la trilogía señalé a los bancos; en el segundo, metí el dedo en la corrupción y la fiscalidad. En el tercero, le tocará el turno a los políticos. El sistema financiero es perverso, corrupto. La clase política de la década de los ochenta dio manga ancha y permitió la corrupción tanto del sistema como de personas.

€El panorama que usted dibuja es desalentador. ¿Por eso miramos fútbol?

€La gente no puede vivir veintucuatro horas al día, siete días a la semana, treinta días al mes, doce meses al año con crisis. Necesita evasión, alguna distracción. Eso no es malo. Pero es perverso y ofensivo destinar tantísimo dinero al fútbol cuando todo el mundo sufre.

€¿Cree que aún nos divierte la cultura?

?Por supuesto. Pero las hay de distintos tipos. La cultura propiamente dicha y la cultura de masas. La televisión, vaya. La cultura abre mentes, pero ambas son necesarias. Lo que no se puede hacer es esperar respuestas mirando la televisión; ahí no se encuentran, es imposible.

€¿Dónde encontramos, pues, la esperanza?

€La esperanza es diferente al optimismo. Está en cualquier sociedad, da igual el país: siempre encontrarás la fuerza necesaria para cambiar la óptica. Eso es esperanza. Y este es un buen momento para juntarnos, iniciar una acción común y luchar.

€¿Qué está leyendo?

€Con 75 años continúo leyendo como un maníaco. Nunca miro las noticias en la televisión, las leo: me niego a sentarme y mirar. Leo de todo, no sólo crimen. Por ejemplo, a Ruiz Zafón, a Javier Marías, Andreu Martín y Vázquez Montalbán.