Con la noticia de la localización por aire de los restos de dos puertos romanos de la ciudad de Pollentia avanzada el jueves por DIARIO de MALLORCA desayunaron ayer los alcaldes de Pollença y Alcúdia. Tomeu Cifre y Coloma Terrasa recibieron con entusiasmo este hallazgo que esperan suponga "un impulso a las labores arqueológicas" que durante décadas se realizan en la zona, y una mayor implicación a la hora de establecer herramientas y recursos para la protección patrimonial. Desde el Consell la primera reflexión llamó a la cautela: "Hasta no conocer y analizar con profundidad los documentos no podemos valorar su repercursión ni emprender actuaciones".

La empresa catalana Movin Marine ha localizado gracias a un potente radar una muralla y dos espigones romanos a lo largo de las bahías de Alcúdia y Pollença, ambas cubiertas de lodos bajo las aguas. Un hallazgo casual -el equipo científico rastreaba la zona para hacer un seguimiento del cable eléctrico submarino- aunque se conocía la existencia de este puerto, tal y como subraya Miquel Àngel Cau, codirector de las excavaciones de Pollentia. "La importancia en sí de la noticia, de comprobarse que los datos son fiables y que han localizado con precisión el puerto, nos la da el hecho de que se asegure que se trata de una muralla hexagonal, pues este es un dato desconocido hasta ahora. Pero solo una excavación in situ lo haría posible, y francamente, no hay dinero para emprender un proyecto de tal magnitud", explica un resignado Cau, cansado de ver cómo se posterga el Museo de Pollentia. "Eso sí, el hallazgo implica que estas estructuras de puerto sumergidas deberían quedar integradas en el conjunto arqueológico de la ciudad romana y, por tanto, tendrían una protección especial", aclara. Lo que implicaría que cualquier tipo de actuación u obra que se realizara en dicha zona debería ser aprobada por la comisión de Patrimonio del Consell.

Precisamente, esa declaración de área arqueológica protegida dependería del Consell de Mallorca, quién ayer aseguró a este periódico no tener constancia de que este proyecto se estuviese llevando a cabo. Según el vicepresidente insular de Cultura, Joan Rotger, "no hay ninguna autorización expresa por parte de Patrimonio para que se realicen esta serie de prospecciones. Además, nadie de Movin Marine nos ha llamado para comunicarnos la noticia". Extremo desmentido tajantemente por el investigador de la empresa Joaquim Casellas. "Hace dos semanas nos pusimos en contacto con la secretaria de Catalina Sureda (directora insular de Cultura) y con uno de los técnicos del departamento. Hasta ahora no hemos obtenido ningún tipo de respuesta ni de interés", dice el investigador. "Y si no llegásemos a un entendimiento, tampoco vamos a facilitar los datos. Quizás los donemos a una fundación. No lo tenemos aún claro", apunta.

El hecho de que la zona rastreada no se encuentre bajo ninguna protección especial, permite que empresas como Movin Marine puedan explorar la zona sin ningún tipo de impedimento legal. Y mucho menos por el aire. "No hemos nunca incumplido la ley y tampoco pretendemos hacer negocio con este descubrimiento. Solo queremos colaborar con el Consell", añade Casellas.

Biel Cerdà, anterior director insular de Patrimonio, sí se mostró contento y "satisfecho" por la "excelente" noticia. "En la pasada legislatura mantuvimos conversaciones con esta empresa porque estábamos muy interesados en localizar este puerto. Eso nos iba a permitir poner en marcha el proyecto de carta arqueológica subacuática de la isla y aumentar también las posibilidades de proteger nuestro patrimonio". En la misma línea se expresó el presidente de l´Associació per a la Revitalització del Centres Antics (ARCA), Pere Ollers. "No entiendo el desinterés institucional. Demandan la iniciativa privada, predican el mecenazgo, y ocurre un descubrimiento de esta magnitud y parece que miran para otro lado".

Futura reunión

A la espera de que se produzca el encuentro entre el Consell y responsables de Movin Marine, Coloma Terrasa, primera edil de Alcúdia, llama también a la cautela. "Sin duda es una muy buena noticia para nuestro municipio, pero tenemos que verlo y valorarlo. Y aunque realizar este tipo de excavaciones bajo el mar requiere de un esfuerzo económico importante, confío en la sensibilidad política". Eso sí, se mostró algo preocupada ante la posibilidad de que la zona se convierta en un paraíso para los cazatesoros. "No me parece coherente decir que hay una cantidad de pecios y oro bajo el mar. No quiero que se cree una avalancha de buceadores sin control expoliando estos naufragios". Su colega en Pollença se muestra más tranquilo. "No me preocupan las extracciones porque la zona está vigilada por la Guardia Civil del Mar y ambas bahías son lugares de interés comunitario y tienen protección estatal y europea".

Solo queda, pues, que Consell, Movin Marine y el consorcio de Pollentia -del que forman parte el Govern, el ayuntamiento de Alcúdia y la comisión técnica de las excavaciones arqueológicas- lleguen a un acuerdo y se establezcan unas bases de colaboración. "Sería fundamental poder hacer partícipe a la ciudadanía del rico patrimonio que poseemos en la isla. La cuestión es cómo acercar restos subacuáticos a la población. Esa sería otra cuestión a debatir", concluye Cifre.