Las teorías sobre la existencia de dos puertos romanos en la ciudad de Pollentia acaban de confirmarse. La empresa catalana Movin Marine ha localizado los restos barriendo las bahías de Pollença y Alcúdia. En concreto, una expedición de seis científicos formada por ingenieros, informáticos y geógrafos dio con las estructuras –una parte de ellas supuestamente sepultadas bajo la tierra y la otra bajo el mar– mientras realizaba una labor de seguimiento de una serie de cables submarinos eléctricos. "Comprobábamos si éstos tocaban restos arqueológicos", explica el investigador Joaquim Casellas, que ya ha puesto en conocimiento del Consell el que podría ser el descubrimiento del año en la isla. Ahora mismo, el investigador espera respuesta de la institución.

Aprovechando que rastreaban la zona de Alcúdia con un radar M2 en avión, el divulgador catalán recordó que cerca podría hallarse el puerto romano de Pollentia. Un conocimiento que pudo obtener a raíz de las teorías del historiador francés Christophe Morhange –basadas en fuentes escritas medievales– y de los contactos que mantuvo en la pasada legislatura con el anterior director insular de Patrimonio del Consell, Biel Cerdà, quien pretendía contratar a Movin Marine para dar con los citados puertos. Finalmente, la relación contractual entre ambas partes quedó en agua de borrajas porque hubo elecciones por en medio.

Así las cosas, la expedición científica barrió en avión la costa de Alcúdia en otoño del año pasado con el radar M2, "que permite obtener datos del subsuelo hasta cinco kilómetros bajo tierra". Con ello, es posible realizar estudios hidrológicos, arqueológicos y minerales, así como realizar seguimientos de cableado eléctrico submarino, labor por la que, en un principio, se habían traslado a la isla. Ya con el avión sobrevolando el municipio, las lecturas del radar empezaron a detectar rápidamente las estructuras del puerto. Entre ellas, una muralla sumergida gigantesca a lo largo de la bahía de Alcúdia, y otra muralla más pequeña en la de Pollença. Ambas están cubiertas de lodos bajo las aguas.

"Alcúdia era tres veces más grande de lo que es ahora el pueblo y estaba rodeada por una gran muralla en forma hexagonal. Y tenía dos puertos, uno a cada lado, con sus espigones de abrigo para el oleaje, además de una muralla ahora sepultada", apunta Casellas. La expedición también localizó muchos restos junto a la ciudadela "que podrían ser de épocas más antiguas que la romana".

¿En que zonas geográficas actuales coincidirían los puertos romanos? Casellas señala que coincidirían por el norte con Es Barcarés y por el sur con el actual puerto de Alcúdia, el más grande. En este último es donde se habría encontrado una gran muralla-hexágono atravesada por un túnel. "El diseño de esta construcción coincide plenamente con otros puertos encontrados en la bahía de Roses y Francia", detalla.

Hay que remarcar que los restos localizados pasarán a manos de los arqueólogos para que puedan examinarlos.

Entre los descubrimientos en Alcúdia, el equipo, responsable de detectar también el puerto de Roses, dio asimismo con una gran cantidad de naufragios y de oro que probablemente no se pudo rescatar tras los hundimientos.

La corriente marítima del norte, también conocida como "la corriente catalana", que traza una línea de norte a sur y que nace en la desembocadura del río Ródano (Francia) pasando junto al Cap de Creus y Bagur, arrastraba de manera natural los barcos hacia Mallorca con una cierta intensidad. "Por eso mismo estoy seguro de que en el mar de esa zona podemos descubrir naves de muchas épocas distintas", observa el científico. Fragmentos de historia a los que era imposible acceder hasta ahora gracias a la tecnología radar.

En cuanto al número potencial de embarcaciones que podría haber en la zona, Casellas calcula que podrían alcanzar las 500, "el doble que en Roses, donde encontramos más de 250". Para el oceanógrafo, Mallorca es culturalmente importantísima por esta vía marítima ahora más conocida y que falta por estudiar. "De momento sólo se ha investigado un 0,1% de esta rica zona", opina.

Hay que recordar que en noviembre de 2007 se encontraron una serie de restos cerámicos y de terra sigilata en un solar en construcción en el Port d´Alcúdia, en concreto en la esquina de las calles Coral y Mar i Estany, próxima al antiguo humedal de la zona y a la albufera. El Consell sospechaba que en él podría hallarse alguna estructura del antiguo puerto romano de Pollentia. Tras el hallazgo, el director insular Biel Cerdà y los técnicos trazaron el punto de partida del barrido que posteriormente debía realizar la empresa Movin Marine por avión. A partir de dichas calles, la aeronave debía dirigirse hasta el mar.

Amén de este hallazgo, también se conocían las teorías del historiador francés Christophe Morhange, quien las expuso en 2008 en la biblioteca de Can Torró. Según el científico, experto en el estudio de diques antiguos, el puerto Maior de Pollentia, llamado así en documentos de la época medieval, era el que miraba hacia la bahía de Alcúdia y estaba abierto al mar, en contra de lo que se pensaba hasta ahora. Según el geomorfólogo había otro embarcadero, el portus Minor, que se emplazaba de cara a Pollença.

Las ventajas de tener detectadas estas estructuras son muchas. En primer lugar, podría ampliarse la zona arqueológica, que ahora sólo afecta al yacimiento de Pollentia, y así también poder protegerla y controlarla ante intervenciones posteriores. Por otra parte, tampoco podrían hacerse extracciones de arena. Cabe recordar que en Cala Sant Vicenç hay un pecio griego de gran valor patrimonial. El potencial de conocer dichos puertos abre una puerta importante para Mallorca. "Cultural, turística y económicamente hablando", concluye Casellas.