­Tenía muchos proyectos en marcha: partituras, conciertos y clases por impartir. Todos ellos se quedarán inacabados: Bernat Pomar ha muerto. En concreto, el violinista, compositor y pedagogo mallorquín falleció anteayer en Palma a la edad de 79 años.

El nombre del músico estaba presente en el programa de conciertos de la Simfònica. La orquesta tenía previsto interpretar una composición suya, Aquarius, el próximo 9 de febrero. "Finalmente será una actuación en homenaje a Pomar", apuntó el gerente de la agrupación musical, Marcelino Minaya. "Su muerte supone una gran pérdida para la música, en concreto para la cuerda y la pedagogía. Le conocí en mi etapa en el Conservatorio. Él ya estaba con su escuela de violín, pero venía a menudo por allí", evoca.

Pomar, que será despedido en un funeral que se celebrará el próximo día 19 a las 20 horas en las parroquia de Sant Marçal de Sa Cabaneta, fue miembro de las orquestas Simfònica de Mallorca y Ciutat de Palma. Asimismo, era muy conocido por su labor como pedagogo musical, especializado en la enseñanza del violín a niños de a partir de 3 años mediante un método propio conocido como El meu violí. "Inventó este sistema para las canciones tradicionales mallorquinas. Su funcionamiento se basaba en dibujos de animales e iconos. Tenía que ser así porque los niños de esas edades no saben leer ni escribir", explica Francisco García Moles, padre del célebre violinista Francisco García Fullana, uno de los alumnos predilectos de Pomar.

El joven músico, que en estos momentos se encuentra estudiando en Nueva York, mantuvo una relación muy estrecha con su profesor. "El primer recital de Francisco en la Gran Manzana incluía composiciones de Pomar. Él también estuvo en ese concierto apoyando a mi hijo", recuerda García Moles, quien rememora asimismo a los discípulos de Pomar. "Todos los que han estudiado con él y se dedican a la pedagogía musical en Mallorca están aplicando su método en las diferentes escuelas", prosigue. Tanto es así que su sistema icónico se está utilizando también en Cataluña y Valencia. Y tenía visos de expandirse. Pomar adaptó, antes de que la muerte tocara a su puerta, su propio método al castellano. "Ya lo había mandado a Argentina y a algunas escuelas de la Península que se lo habían pedido. Había utilizado canciones populares en español", relata Javier Pericás, también alumno suyo. Para este violinista, que imparte clases en la Ireneu Segarra y en la Escolania de Lluc, "Pomar fue el abuelo" que nunca tuvo. "Soy lo que soy gracias a él", confiesa.

A día de hoy, el pedagogo aún estaba en activo, daba clases particulares en su casa. "Vivía por y para la música. Era un hombre que vivió en la India y en Pakistán tocando. También actuó por locales de Ciutat, y llegó a tener grupo propio en los sesenta", explica Pericás. "Era tan vitalista que compuso la famosa canción que tenía como estribillo Everyday is Sunday in Mallorca", o el tema Paraíso del amor, interpretado por los Javaloyas.

Como compositor, Pomar fue autor de obras para violín solista, orquesta de cámara y orquesta sinfónica. Entre sus piezas destacan Danzas de Mallorca, Copeo de Muntanya, Al call de Girona o Canto a la tolerancia, entre muchas otras. Este mismo año compuso Cant trist per la mort d´un bou, un himno antitaurino.

En octubre de 2005, Pomar recibió un homenaje celebrado en el Auditòrium en el que tocaron la Simfònica y García Fullana. El repertorio lo componían sus propios temas. Asimismo, el músico fue galardonado ese mismo año con el Premi Ramon Llull del Govern balear, y en 2007, con el Jaume II del Consell por su labor cultural.

Por último, el próximo 7 de enero, a las 20 horas, tendrá lugar un concierto en su memoria en la iglesia de Sant Marçal de Marratxí.