Los recortes sufridos en la biblioteca pública de Palma Can Sales han sido algo abruptos. Este magnífico centro bibliotecario (pionero en algunas cuestiones en relación a otros centros estatales), siempre muy transitado por los ciudadanos, ha visto cómo se han mermado algunos de sus servicios en pocos meses.

Hace pocos días, un usuario se encontró con la Sala Mallorca (con fondos locales) cerrada y con un cartel que indicaba que, por las mañanas, sólo se abriría los miércoles, viernes y sábados. Los motivos de la clausura, las restricciones originadas por la crisis económica.

Así las cosas, desde la conselleria de Cultura, gestora del centro estatal, se confirmó a este periódico que la biblioteca cuenta a partir de ya con menos personal porque no se ha renovado el contrato con una empresa externa que facilitaba trabajadores a la biblioteca. En el calendario, la rescisión de los contratos será efectiva a partir del próximo día 30. De casi 40 empleados, Can Sales contará con 13 menos.

Dicha situación ha desembocado en que también cierre por las mañanas (excepto la del sábado) la sección infantil y juventil, donde acudían muchos estudiantes que salían pronto del colegio para hacer los deberes, numerosas madres con sus bebés, padres que hacían préstamos de libros a sus hijos y visitas escolares.

La situación de la biblioteca es tal que no hay liquidez para material fungible. Por eso tampoco se hacen fotocopias o se digitalizan libros. Los fondos patrimoniales no contarán tampoco a partir de ahora con un restaurador-conservador. Y el servicio de préstamo interbibliotecario también se elimina.

La biblioteca, como centro cultural y social que es, deberá imponer un parón a sus actividades, como talleres, conferencias o algún club de lectura. De momento, ya se ha visto obligada a suprimir cuatro puestos públicos de internet y la sala de la planta baja se ha quedado sin personal en el mostrador. Tampoco se van a poder expedir carnés nuevos. Se volverá a la presentación del D.N.I.

A estos problemas, hay que añadir el hecho de que Can Sales ha adquirido menos novedades bibliográficas que otros años porque el ministerio de Cultura ha rechazado conceder a la comunidad, a causa de su elevado déficit, una partida de casi 250.000 euros.