Si pretendes disfrutar de un veraneo de autor, pagarás a la SGAE. La sociedad que se infiltra en bodas y banquetes, para la exacción del Viva España interpretado en clave de etanol, ignora la derrama de millones de euros en su sede palaciega. La disputa de un banquero y de Autores por el canto de un euro estaría más reñida que un matrimonio. Ambos gremios beneméritos también compiten por la indignación popular, otra equis de pornografía. Si cantas mal, pagas lo mismo. Date pues el gustazo de desafinar de la SGAE.