Hace apenas dos años, Guillem March se puso a multiplicar los atributos de las Sirenas de Gotham City para DC Cómics. Una de aquellas mujeres voluptuosas ya era Catwoman, que iba acompañada de Poison Ivy y Harley Quinn.

El guión de las Sirenas llevaba la firma de Paul Dini, muchos años vinculado al personaje de Batman. El cómic narra las aventuras de tres féminas, clásicas semivillanas y enemigas de Batman, a excepción de Catwoman, su única aliada.

Ya en la revista americana Wizard, se advertía que March era "uno de los talentos a seguir en 2009". El reconocimiento global también le ha llegado al palmesano como portadista, una faceta que le han comenzado a reclamar y que ha defendido con los personajes Oráculo y Azrael, la exBatgirl de toda la vida y una suerte de templario que pulula por Gotham, espada en mano.

El contrastado dominio de la figura femenina que tiene March –Sofía, Ana y Victoria o Laura– no le ha encasillado, pero se le requiere con asiduidad. La anatomía es su fuerte, sobre todo la de mujer.

March es disciplinado y tiene un buen ritmo de trabajo. Con Catwoman tiene mucho avanzado, lleva dos meses con el lápiz ocupándose de dar forma a las historias rubricadas por Winick. De momento, enseña la portada: la antiheroína disfrazada de negro reposando en el saliente de un edificio con su botín: diamantes.