La tecnología irrumpe en las salas de lectura; las bibliotecas hacen un hueco en sus estanterías a la era del e-book, desatada por la fiebre digital. La biblioteca municipal de Can Sales dispone desde el pasado lunes de un total de 50 ejemplares en préstamo, en el marco de un proyecto piloto impulsado desde el ministerio de Cultura para la implementación del libro electrónico. Es la única en Balears que, de momento, ofrece este servicio, junto a 15 ciudades más del país donde la iniciativa ha cautivado a cientos de lectores. En Tarragona, la demanda es tal que el Gobierno ha tenido que ampliar el número de dispositivos, asegura la responsable de la biblioteca Maria de Lluc Alemany, que destaca la buena acogida que ha tenido en Palma. El primer día dispensaron una decena de ejemplares y otros cinco también se han distribuido en el club de lectura, añade. Pero su popularidad irá en aumento así como el fondo literario, vaticina.

Una sola tableta electrónica alberga ni más ni menos que 1.000 títulos; algo impensable hace apenas unos años. ¿Un millar de libros enfundados en un aparato más pequeño que una cuartilla y que tan sólo pesa unos 200 gramos?, quizás algunos hubieran soltado una sonrisa escéptica, pero el milagro de la tecnología lo hizo posible en 1993. En Can Sales, todos los e-books tienen el mismo contenido, una selección dictada por el propio Ministerio, con un índice infinito; desde narrativa, teatro, poesía..., sobre todo muchos clásicos: El Quijote de Cervantes, Madam Bovary de Gustave Flaubert, La Odisea de Homero... La literatura contemporánea tardará algo más en llegar así como los títulos en catalán, que próximamente se irán introduciendo a medida que su uso se generalice, comenta Alemany.

A pesar de ser una medida dirigida a un público juvenil, los primeros usuarios tienen entre 40 y 50 años, incluso hay una mujer de 80 que no ha dudado subirse al carro tecnológico.

Los términos del préstamo son iguales que los del libro en papel, a excepción de su prorrogación. Se ceden 30 días como máximo y el usuario debe rubricar un compromiso con la biblioteca sobre su correcto uso y devolución. Los inexpertos o no muy duchos en electrónica son asesorados por el personal del centro, aunque su empleo es "muy intuitivo". Si bien, la biblioteca adjunta un folleto con las instrucciones para facilitar su uso. Las aplicaciones del e-book permiten al lector marcar páginas de obras diferentes, ampliar el texto, buscar por autores.... Sus ventajas son múltiples, amén de las críticas de libreros y pequeños editores que reclaman al Gobierno una legislación específica y medidas contundentes para regular su uso, distribución y venta. Su salida al mercado está dejando una retahíla de conflictos. El último, el posible pacto de precios entre las grandes editoriales, ahora objeto de investigación por la Unión Europea. Son muchos los que auguran la muerte del papel, un presagio que para Alemany es aún difícil de aventurar. "No sé lo que ocurrirá en el futuro, pero no creo que el libro convencional desaparezca", afirma en este sentido. En su opinión ambos son "compatibles y complementarios", detalla Alemany, que también ve en el e-book una plataforma para captar nuevos lectores, "como un paso del libro electrónico al físico".

LAS CLAVES

Usuarios

La biblioteca ya ha prestado una decena de libros electrónicos, la mayoría a lectores

de entre 40 y 50 años.

Condiciones del préstamo

El servicio se rige por los mismos términos que el libro en papel aunque el préstamo (30 días) no es prorrogable.

Títulos

Contiene un millar de obras; desde narrativa, ensayo, teatro, poesía... principalmente clásicos de la literatura.