Contra la crisis, imaginación. Cualquier idea es buena salvo la de cerrar y batirse en retirada. Bien lo saben en las oficinas del Teatre del Mar de Es Molinar, espacio escénico castigado en 2010 con una reducción del 22,5 por ciento de su presupuesto anual. Obligados a eliminar la temporada de otoño, la producción propia y el programa educativo Teatre i Literatura, sus responsables, arropados por sus espectadores, han decidido no quedarse de brazos cruzados y anuncian un ambicioso proyecto, un "laboratorio de ideas" ante un sector que padece como pocos la recesión económica.

El proyecto todavía está madurando en la mente de Joan Carles Bellviure, actor y dramaturgo ligado a la casa de Es Molinar desde hace años. Otro histórico, Carles Molinet, responsable del Teatre del Mar, avanzó ayer que esta alternativa a la programación de otoño estará protagonizada por seis actores y actrices, quienes durante dos semanas trabajarán sobre técnicas y herramientas que, desde la improvisación, "jugarán con las emociones, el cuerpo y la mente".

Aún se desconocen los nombres de los actores, pero ese laboratorio estará cerrado al público las dos primeras semanas. A finales de octubre y principos de noviembre, el proyecto se abrirá a los espectadores, que podrán degustar lo preparado en cinco sesiones diferentes.

No cerrarán

No hay atisbo de duda. El Teatre del Mar no piensa en el cierre. "Continuaremos, no con la misma intensidad, pero continuaremos, aunque sin llegar a las 125 funciones anuales de otros años. Lo haremos con otras estructuras. El recorte en el presupuesto supone cortar programación", afirma Molinet.

El recorte en el presupuesto de este teatro financiado por Govern, Consell, ayuntamiento y socios privados llegó ya iniciado el año, a finales de febrero. Al suprimirse la temporada de otoño, se buscó una fórmula para acabar el año, que se ha encontrado en el citado laboratorio de ideas. "Estamos estudiando la reconversión para el próximo ejercicio", adelantan.

La crisis, en cualquier caso, también tiene cosas positivas. "Lo mejor es que nos sentimos arropados por nuestros espectadores. Están muy implicados con lo que hacemos y eso nos anima mucho", confiesa Molinet.