Por si no bastaba el blanco en los pantalanes del Náutico por la mañana, al caer la noche, dos tazas. La fiesta de Anna de Codorníu en el club impuso albor en el ropaje de sus invitados. Se agradeció el photocall (siempre facilita el trabajo) y la generosidad en las raciones para picar, todo regado por una cascada de espumoso.

Los primeros nombres de papel cuché que respaldaron la celebración fueron la actriz Carolina Cerezuela y el tenista mallorquín Carlos Moyà. El embarazo le sienta bien a la modelo, que reconoce estar "ansiosa" por tener ya a la niña, cuyo nombre no quisieron desvelar. Sólo un mes falta para que nazca (lo hará en Palma) y los padres reconocieron sus intentos por ponerle rostro. Moyà se toma con calma la recuperación de su pie, pues tampoco quiere perderse los primeros gestos de su bebé.

Impecable, sofisticada (para eso no hace falta escote) apareció la diseñadora Carmen March, quien anunció que dejaba la moda el pasado mes de marzo. March tranquilizó a su parroquia porque lo que parecía un tirar la toalla permanente, ayer se convirtió en un "año sabático, de momento", después pensará si vuelve a coger el hilo y la aguja.

La moda continuó hilvanando la celebración, patroneada por María del Mar Raventós, presidenta del grupo Codorníu, y Javier Sanz, presidente del comité organizador de la Copa del Rey. La modelo Laura Ponte, separada de Beltrán Gómez Acebo, lució un vestido camisero amplio, lo contrario que Cerezuela, y se convirtió en la mejor embajadora de las joyas que diseña. Sacó a pasear el metal en manos, cuello y orejas. "Estoy todo el día trabajando con el ordenador en los diseños mientras mis hijos revolotean a mi alrededor jugando. Pero en Mallorca puedo relajarme y salir todas las noches a cenar fuera", explicó. Sobre su posible relación con el hijo de Mario Conde, con quien se la vio tomando algo en un terraza durante esta semana, nada de nada. "Somos amigos, sólo estábamos tomando un helado", detalló.

El Náutico volvió a convertirse por la mañana en un epicentro de personajes. De nuevo don Felipe, que se embarcó en el CAM para seguir con la competición. Pero otros dos barcos, que también demandaban su patrocinio a golpe de famoso, protagonizaron la jornada. El Ceylan fue presentado oficialmente por Luis Medina, el hijo menor de Nati Abascal, quien declaró a los periodistas que él es de esos hombres que no busca novia. Nuria Fergó y su reciente marido, José Manuel Maíz, que apadrinaron la nave de la Fundación Álex, hicieron un balance positivo de sus tres meses como matrimonio y añadieron que ya se plantean ser padres. La presentadora Elsa Anka también se puso marinera en un Club Náutico donde cada año se reinventa el blanco.