"Mi padre me había vendido como se vende una cabra". Aunque no empieza así, esta es una de las frases más conmovedoras de He jugado con lobos, el libro en el que Gabriel Janer Manila ha consignado la historia real de Marcos, un niño que vivió salvaje en Sierra Morena, entre animales, desde los 6 a los 19 años.

Treinta años le ha llevado a Janer Manila, también catedrático de Antropología, plasmar literariamente el relato de Marcos, un caso con el que tropezó por casualidad a través de un amigo y sobre el que realizó su tesis doctoral.

"Grabé muchas cintas e incluso hice una pequeña película", explica en una entrevista el autor, quien insiste en que siempre quiso que el libro estuviera escrito "en primera persona y sin añadir nada que no fuera legítimo, ninguna aventura nueva ni nada que él no me hubiese contado".

Esa fidelidad al relato de Marcos ha sido "la clave" para mantener la pureza e inocencia que desprende la narración sobre este niño que creció salvaje.

Pero la historia de Marcos no es un cuento idílico, sino un drama horrendo, como tantos, de la posguerra española.

Marcos perdió a su madre cuando aún era muy pequeño, y cuando tenía seis años su padre le vendió, aunque antes de ello hubo de soportar buenas raciones de palos de su madrastra.

Comprado por un terrateniente para cuidar de sus rebaños de cabras en un valle abrupto de Sierra Morena, Marcos queda al cuidado de un pastor viejo, enjuto y malencarado, Damián, que pronto desaparece, por lo que el niño queda a su suerte, sin otra compañía que la de los lobos, águilas, ciervos, ratas y una zorra y una culebra que velan por él hasta extremos insospechados.

¿Ficción o realidad? Janer insiste en que no ha añadido una línea al relato de Marcos, a quien define como un chico "con una inteligencia especial" y que nunca supo por cuánto dinero le vendió su padre.

El autor opina que su libro se sitúa más cerca de El pequeño salvaje de Truffaut, basado en un informe médico, que de El libro de la Selva de Kipling, cuyo protagonista, Mowgly, "es una ficción y en él hay una mentira tremenda, pues se convierte en un lord inglés. Marcos nunca va a serlo".