Calvià, 1986. En la biblioteca del municipio arrancó el primer club de lectura de Mallorca. Pronto se extendió a las localides de Magaluf y Es Capdellà. Isabel Goroskieta, en aquel momento coordinadora de las bibliotecas calvianeres, rememora de aquellos encuentros a los invitados de lujo que abrían y cerraban los clubes aquellos años ochenta. "Vino Montserrat Roig, que empezaba a estar enferma, y también Arturo Pérez-Reverte, cuando no era tan famoso. Debió ser la época en que había escrito La tabla de Flandes. Nos acompañaron Juan José Millás, Manuel Vicent, Carme Riera, Maria Antònia Oliver. Compartían cena con nosotros". Por aquel entonces, los lectores se compraban su ejemplar, subvencionado en parte por el ayuntamiento, y los títulos se elegían entre todos. A Dolores Forteza, ex miembro de uno de estos clubes primerizos, le sorprendió mucho Álvaro Pombo, "al que queríamos atacar un poco porque el libro era difícil. Al final resultó ser encantador", admite.