"Le podemos dar 20 millones de coronas. Todo lo que tiene que hacer es llamarnos y decir 'sí, por favor'". Este pedido fue dirigido por el padre del autor de éxito, fallecido en 2004, a través de los medios a la pareja de años del escritor, Eva Gabrielsson. Se trata de alrededor de 1,9 millones de euros (2,8 millones de dólares).

Gabrielsson había sido excluida casi completamente de los ingresos millonarios por los libros debido a que la pareja nunca se casó y el autor sueco no dejó testamento. El mismo Stieg Larsson no llegó a vivir el éxito mundial de su serie de novelas policiales protagonizadas por Lisbeth Salander. Murió a los 50 años poco antes de la publicación en Suecia, en 2004, del primer libro, debido a un infarto de corazón.

La opinión de Gabrielsson sobre el padre, Eland, y el hermano Joakim, de 51 años, difundida en 2008 a través de la televisión, no parece apuntar a que la disputa por la herencia, que ya lleva cinco años, termine con un "sí, gracias" al teléfono: "Para ellos se trata de la posibilidad de enriquecerse a costa de alguien que no puede defenderse. Stieg estaría indignado si pudiera ver esto".

Probablemente Larsson, quien se especializaba en destapar actividades de la derecha radical, hubiera preferido que los ingresos por su serie sirvieran a fines políticos e idealistas. Sin embargo, tampoco puso esto por escrito. Así es como los ingresos fluyeron a las cuentas de sus familiares, con los que Stieg Larsson no quería tener nada que ver, según Eva Gabrielsson. "No jugaron ningún papel en nuestra vida", afirmó.

Según dijo, ni siquiera estuvieron presentes en el entierro. Según el "Svenska Dagbladet", hasta ahora fueron transferidos unos 130 millones de coronas (13 millones de euros ó 19 millones de dólares) a padre y hermano por unos 20 millones de ejemplares vendidos en 40 países. Los dos evitaron la exposición pública mientras Gabrielsson, que no heredó más que la vivienda que compartían, opinaba sobre la herencia.

"Quisimos llegar a un acuerdo con ella, pero se niega a cualquier contacto", opinó el padre de Larsson en el "Svenska Dagbladet".

Apoyado por su hijo Joakim, emprendió hoy por primera vez en una entrevista pública presentar su aporte al éxito del autor. "Le dimos una máquina de escribir tempranamente. Reconocimos su talento y lo alentamos una y otra vez a escribir".

Los escépticos en Estocolmo no creen que la disputa pueda solucionarse con estas declaraciones. Lo que se señala es que pronto la pelea irá mucho más allá de los 130 millones de coronas mencionados hasta ahora. En esta suma no están contemplados los ingresos del extranjero no europeo ni las ganancias por las versiones fílmicas rodadas en Suecia. Hollywood también prepara su apuesta. Y además, padre y hermano disponen del manuscrito a medio terminar de una cuarta novela con Lisbeth Salander.