Las cinco horas que estuvieron reunidos los representantes del SAG y de las productoras, Alliance of Motion Picture and Television Producers (AMPTP), sirvieron para escenificar el pulso que mantienen desde que el pasado 15 de abril comenzaron a discutir el futuro marco de trabajo.

En un duro comunicado, la AMPTP culpó de la situación actual al SAG por intentar lograr "más en estas negociaciones que lo que obtuvieron directores, guionistas y otros actores" durante las suyas.

En defensa de su postura, la industria alegó que la propuesta denostada por el SAG es muy similar a la que pactó con otros sindicatos de actores de menor entidad.

"La negativa de la directiva del SAG a aceptar esta oferta es la última de una serie de acciones de sus líderes que, en nuestra opinión, ponen en riesgo la paz laboral", afirma la AMPTP.

Esta organización terminó apelando al SAG a que reconsidere su postura y someta el convenio a la votación de sus afiliados con el fin de conseguir su ratificación.

"Lo último que necesitamos es un largo y caluroso verano de conflicto laboral que aumente la presión sobre la mala situación económica y prive a la audiencia del entretenimiento que desea en estos momentos difíciles", añadió la AMPTP en su nota.

Lejos del dramatismo de los estudios, los miembros del SAG mostraron su disposición a continuar conversando con las productoras para alcanzar un acuerdo que reconozca los derechos de los actores sobre la venta de DVD y otros formatos relacionados con las nuevas tecnologías.

La AMPTP trata de sembrar la duda entre los afiliados del SAG sobre las posibilidades de mejorar la última oferta de convenio y hacer mella en la capacidad de liderazgo del sindicato en el caso de que se plantease convocar una huelga.

El SAG necesitaría el apoyo del 75 por ciento de sus miembros para lograr el paro del sector, un respaldo con el que podría no contar a estas alturas, después de que los actores de radio y televisión, muchos de ellos afiliados al SAG, ratificasen en votación un convenio muy parecido.

La AMPTP, por su parte, estaría en disposición de romper las conversaciones con el SAG e imponer legalmente sus condiciones para renovar el convenio laboral que expiró el pasado 30 de junio.

Sin embargo, ni el SAG ni la AMPTP parecen estar por la labor de optar por medidas extremas en sus estrategias negociadoras, el sindicato porque es consciente de que muchos de sus afiliados son contrarios a la huelga y los estudios porque temen que una medida unilateral sea el detonante que saque a los actores a la calle.

Por el momento no se ha fijado una fecha para un nuevo encuentro que permita sacar las conversaciones de la actual vía muerta.

En la mañana de hoy, la AMPTP lanzó un ultimátum a los actores con el fin de acelerar el acuerdo con el SAG, al condicionar el cobro íntegro de las mejoras salariales propuestas en su oferta de convenio (250 millones de dólares) a que los afiliados del sindicato ratifiquen el contrato en un plazo que finaliza el 15 de agosto.

En caso contrario, los intérpretes dejarían de ganar más de 10 millones de dólares ya que las productoras aplicarían las condiciones del nuevo marco laboral a partir de la primera nómina tras la firma del acuerdo, y no con carácter retroactivo el 1 de julio.