"Modern Guilt", definido por la prensa internacional especializada como "la crisis de mediana edad" de Beck, es una colección de canciones que abre una nueva puerta a la experimentación para la habitual coctelera de sonidos del cantautor, que en su concierto madrileño tendrá a una de las promesas del sello Subterfuge, Tulsa, como teloneros.

La música independiente estadounidense de la década de los 90 tiene en Beck a su principal icono, sobre todo desde que el músico de Los Angeles editara "Odelay" en 1996, con el que ganó un Grammy con la producción de Dust Bothers.

Dos años antes se había dado a conocer con el sencillo "Loser", de su álbum "Mellow Gold", que aún a día de hoy es un referente en la escena alternativa de su país.

Luego llegó "Mutations", producido por el propio Beck y Nigel Godrich -colaborador habitual de Radiohead, Air o Travis- y que incluía algunos momentos relevantes en su discografía, como "Tropicalia" y "Cold brains", al que le sucedió dos años después el álbum "Midnite vultures", presentado con el tema "Sexxlaws" y con el que el estadounidense volvió a romper las tendencias musicales del momento.

"Sea change" fue el disco más personal del músico, en el que volcaba sus experiencias personales y sentimentales a sus irónicas letras, mientras que en "Guero" regresaba al sonido "Odelay", de nuevo con los Dust Brothers en la producción, y es el trabajo discográfico el que más ventas le ha reportado con temas como "E-Pro", "Girl" o "Black tambourine".

El lanzamiento de "Modern Guilt", que ya está a la venta, llega tras la tibia acogida del anterior "The information", e incluye una edición especial limitada de 500 unidades en vinilo, que viene acompañado de una copia en CD del álbum completo.