Un estudio internacional colaborativo muestra cómo el cuerpo produce diferentes moléculas de señalización que promueven la salud de una manera específica para los órganos después del ejercicio, según la hora del día en la que se realiza. Estas señales tienen un amplio impacto en la salud, influyendo en el sueño, la memoria, el rendimiento del ejercicio y la homeostasis metabólica.

El estudio, publicado recientemente en la revista Cell Metabolism, ha sido realizado por la Universidad de Copenhague (Dinamarca), el Instituto Karolinska (Suecia), la Universidad Texas A&M (EEUU), la Universidad de California-Irvine (EEUU) y el Centro Helmholtz Munich (Alemania).

No hay duda sobre que el ejercicio mejora la salud, de hecho está demostrado que el ejercicio beneficia al cuerpo de diferentes maneras, según la hora del día. Sin embargo, aún no se sabe por qué el momento del ejercicio produce estos efectos diferentes. Para obtener una mejor comprensión, un equipo internacional de científicos llevó a cabo recientemente el estudio más completo hasta la fecha sobre el ejercicio realizado en diferentes momentos del día.

«Una mejor comprensión de cómo el ejercicio afecta el cuerpo en diferentes momentos del día podría ayudarnos a maximizar los beneficios del ejercicio para las personas con riesgo de enfermedades, como la obesidad y la diabetes tipo 2», ha señalado la profesora Juleen R. Zierath del Karolinska Institutet y el Centro de la Fundación Novo Nordisk para la Investigación Metabólica Básica (CBMR) en la Universidad de Copenhague.

Casi todas las células regulan sus procesos biológicos durante 24 horas, también llamado ritmo circadiano. Esto significa que la sensibilidad de los diferentes tejidos a los efectos del ejercicio cambia según la hora del día. Investigaciones anteriores han confirmado que la sincronización del ejercicio de acuerdo con nuestro ritmo circadiano puede optimizar los efectos del ejercicio que promueven la salud.

El equipo de científicos internacionales quería una comprensión más detallada de este efecto, por lo que llevó a cabo una serie de experimentos en ratones que hacían ejercicio temprano en la mañana o al final de la tarde. Las muestras de sangre y diferentes tejidos, incluidos el cerebro, el corazón, los músculos, el hígado y la grasa, se recolectaron y analizaron mediante espectrometría de masas. Esto permitió a los científicos detectar cientos de diferentes metabolitos y moléculas de señalización hormonal en cada tejido, y monitorear cómo cambiaban al hacer ejercicio en diferentes momentos del día.

El resultado es un Atlas del metabolismo del ejercicio: un mapa completo de las moléculas de señalización inducidas por el ejercicio presentes en diferentes tejidos después del ejercicio en diferentes momentos del día.

«Dado que este es el primer estudio completo que resume el metabolismo dependiente del tiempo y el ejercicio en múltiples tejidos, es de gran valor para generar y refinar modelos sistémicos para el metabolismo y la diafonía de órganos», señala Dominik Lutter, director de investigación de descubrimiento computacional de Helmholtz Diabetes del Centro en Helmholtz Munich.

Los nuevos conocimientos incluyen una comprensión más profunda de cómo los tejidos se comunican entre sí y cómo el ejercicio puede ayudar a «realinear» los ritmos circadianos defectuosos en tejidos específicos: los relojes circadianos defectuosos se han relacionado con un mayor riesgo de obesidad y diabetes del tipo 2.