El servicio de Neurología del Hospital Parque Llevant cuenta con un programa específico para la deshabituación tabáquica. La Dra. Georgia Makrantoni, neumóloga de este servicio, es quién puede guiarnos y ayudarnos para lograr este objetivo. Este es un reto que encabeza la lista de propósitos para el año nuevo para más del 70% de personas fumadoras.

El programa pretende facilitar, guiar y ayudar a los fumadores para lograr el abandono exitoso del tabaco, y lo hace mediante el seguimiento médico y el apoyo profesional constante que incluye la información y personalización del tratamiento más adecuado para cada persona.

La Dra. Markrantoni nos explica más sobre éste, su aplicación y en qué consiste. 

La deshabituación tabáquica es un programa diseñado para lograr el objetivo de dejar de fumar. Sin duda hacerlo no es fácil y cada caso es único. Resulta más sencillo contar con la ayuda de profesionales con experiencia que puedan ofrecer a cada persona un apoyo adecuado a sus necesidades y características, para facilitarle el proceso. La deshabituación tabáquica es un hábito de salud que ha demostrado mayor efectividad en la preservación de la calidad de vida y en la prevención de enfermedades y secuelas asociadas a las mismas. 

El primer paso es contar con un diagnóstico de la situación de partida, realizando como mínimo una analítica, radiografía de tórax, y pruebas de función respiratoria, para detectar precozmente secuelas o problemas de salud que puedan precisar prevención o tratamiento inmediato, concienciando y reforzando la motivación y el entrenamiento en diversas técnicas que permitan mantener en el tiempo la decisión de abandonar el hábito del tabaco.

El segundo paso es prescribir el apoyo farmacológico más adecuado para cada perfil de paciente y establecer en los primeros 15 días de tratamiento la fecha óptima para dejar de fumar con un calendario de reducción guiado, ofreciendo apoyo psicológico y consejos para cambios de estilos de vida en todo momento. «Afortunadamente disponemos de estrategias y de herramientas farmacológicas cada vez más efectivas para poder controlar también más precozmente los síntomas de ansiedad, dependencia y abstinencia de la nicotina, reduciendo las recaídas. Los inhibidores de los receptores de la nicotina como la vareniclina, antidepresivos o los tratamientos sustitutivos con nicotina con parches transdérmicos de mantenimiento apoyados con rescates orales, son un conjunto eficaz de medidas que pueden utilizarse como monoterapia o de forma combinada para multiplicar las posibilidades de éxito, adaptándose siempre al perfil y características de cada uno en su proceso para dejar de fumar», matiza la Dra. Makrantoni.

El tercer paso es el seguimiento individualizado durante el tiempo necesario, con visitas de seguimiento mensuales, para consultas de apoyo, para evitar o reconducir recaídas, aumento excesivo de peso, ansiedad y posibles efectos secundarios, para intentar garantizar el mantenimiento de los resultados a largo plazo. «Cada uno tiene sus problemas, enfermedades y preocupaciones de salud, entorno particular, motivaciones, intentos y experiencias previas, hábitos aprendidos, formas de vida, y mayores o menores grados de exposición y de dependencia de la nicotina. Hay que adaptar el programa a las necesidades y características de todas y cada una de las personas», explica la neumóloga.

Si éste es uno de sus propósitos para el nuevo año es importante tener en cuenta que un programa asesorado multiplica las posibilidades de éxito y hace que el proceso sea más tolerable y llevadero, con un control precoz de síntomas de abstinencia, anticipación y manejo de situaciones, y prevención de riesgos y complicaciones del proceso, y es que «las tasas de abandono se acercan al 64% en los 6 primeros meses, manteniéndose en torno al 40% al año. Sin duda la gran mayoría de personas precisan el apoyo profesional para lograr este objetivo» , concluye Georgia Makrantoni. 

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