El infarto de corazón o infarto agudo de miocardio , como así se le llama técnicamente, es una enfermedad grave y aguda del corazón que tiene un alto riesgo de muerte súbita en las primeras horas. No obstante, si se trata adecuadamente permite en la mayoría de los casos una vida larga y normal.

«Por eso es esencial su atención inmediata. No hace falta recordar que es la enfermedad grave del corazón más frecuente. Pero sí que afecta a todas las edades y a ambos sexos, aunque en las mujeres aparece, de promedio, unos diez años más tarde que en los hombres», asegura el doctor Eduardo Alegría Ezquerra, cardiólogo consultor y miembro del Servicio de Cardiología de Policlínica Gipuzkoa (San Sebastián). Respecto a los síntomas del infarto, el doctor Alegría resalta que «hay que tener un poco de cuidado», ya que hay bastantes infartos que no se manifiestan con los síntomas típicos y se confunden con indigestiones, catarros, etc.

Síntomas comunes

«Las características principales de los síntomas del infarto agudo son tres. En primer lugar, el dolor. No suele ser tal, sino más bien malestar, apretura o escozor intensos en la zona central del pecho (donde la corbata). Es falsa la idea de que cuando duele el lado izquierdo se trata del corazón. Pocos de los dolores localizados claramente en la parte izquierda del pecho vienen del corazón. De hecho no está ahí, solo la punta que late. Es frecuente, pero ni mucho menos la regla, que este malestar se irradie al brazo izquierdo; puede no hacerlo o ir más hacia la mandíbula o hacia la boca del estómago», detalla. La segunda característica, según apunta el especialista de Quirón salud, es un malestar que es «profundo, desagradable, agobiante». «De ahí viene su nombre, ‘ang-ina’, que tiene la misma raíz latina que ‘ang-ustia’. No es un dolor intenso y superficial, como los de muelas por ejemplo», aprecia el cardiólogo.

La tercera característica distintiva, según prosigue, es que muchas veces se acompaña de una reacción general del organismo, denominada ‘síndrome vegetativo’, que consiste en una sudoración fría, en mala gana, náuseas, mareos, entre otros síntomas.

Cómo actuar

El experto señala que ante una sospecha de infarto son dos los mensajes esenciales que debe conocer la población:

1. El momento de máximo riesgo al sufrir un infarto es la primera hora. Este riesgo se concreta en una arritmia, la fibrilación ventricular, que es letal en pocos minutos si no se trata pero recuperable del todo con el tratamiento adecuado.

Este tratamiento es doble, según enumera el cardiólogo:

a) La reanimación cardiaca, que cualquier persona puede practicar si ha recibido el adiestramiento necesario y que debe iniciarse inmediatamente si el paciente se desmaya.

b) La desfibrilación, que se realiza con un aparato especial del que están dotadas todas las ambulancias y también cada vez más lugares públicos.

2. El tratamiento moderno del infarto es tanto más eficaz cuanto más pronto se aplique. Es decir, «el tiempo es vital». Por eso, cuando alguna persona o sus allegados sospechan de que se trata de un infarto lo recomendable es llamar al servicio de emergencias (112).

«Es preferible pasarse (llamar y que sea una falsa alarma) a quedarse corto (esperar a ver si se me pasa). El sistema sanitario de emergencias está suficientemente preparado para acudir rápidamente y enviar equipos y personal especializado para solventar la situación crítica: practicar el tratamiento de rescate si es necesario; estabilizar al paciente y asegurar el traslado al centro hospitalario; iniciar el tratamiento específico; y alertar a los servicios del hospital para que la atención al llegar sea inmediata», sentencia.