PSICOLOGÍA

¿La primavera nos hace más amables? ¿Existe la temperatura de la felicidad?

Un estudio científico, realizado con millón y medio de personas, señala que el buen tiempo y las horas de luz de la primavera incentivan factores positivos que nos ayudan a ser más felices

Nicolás Fernández

El pasado lunes, 20 de marzo, a las 20:24 hora peninsular, comenzó oficialmente la primavera, estación que durará hasta el martes 21 de junio.

Con la llegada de la primavera, el frío invernal irá quedando atrás. Las temperaturas ascenderán y con el cambio de hora programado para este fin de semana, aumentarán las horas de sol de cada jornada.

Y eso es algo importante para nuestra conducta, según aseguran los psicólogos.

Porque siendo cierto, como aseguran los científicos, que nuestra forma de ser viene determinada en un 40% por los genes y en un 60% por el entorno y nuestras vivencias, existen factores externos que nos marcan.

Y uno de ellos tiene que ver con la llegada de la primavera.

En qué nos puede afectar la primavera

Porque cuando la temperatura ambiente es agradable, nos apetece más salir a la calle y socializar. Y eso es algo que nos ayuda a ser más felices.

Es lo que dice esta investigación publicada en la revista Nature Human Behaviour y que se centra en la importancia del clima y su influencia en nuestro modo de ser.

Según el estudio, si vivimos a una temperatura ambiente próxima a los 22 grados centígrados, probablemente seamos más felices que si lo hiciéramos en ambientes más fríos.

“Debido a que los humanos experimentan y reaccionan constantemente a la temperatura ambiente, la consideramos un factor ambiental crucial, ya que está asociada con los patrones de comportamiento habituales de los individuos y, por lo tanto, con dimensiones fundamentales de nuestra personalidad”, según dite textualmente el estudio.

¿Por qué ocurre?

El buen tiempo que se empieza a dar en la estación primaveral incentiva determinados factores de nuestra personalidad como la amabilidad, la estabilidad emocional, la extroversión y la amplitud mental ante nuevas experiencias.

Todas estas cualidades nos ayudan a ser más felices.

Los entornos más cálidos animan a las personas a salir de sus casas, y eso conllevará una mayor probabilidad de conocer gente nueva. Un hecho que propicia el desarrollo de una personalidad más agradable y socialmente aceptable.

Además, los ambientes más cálidos hacen que las personas se sientan más positivas, según este estudio psicológico.

En esta línea, aparte de la estación en la que nos encontremos, el lugar donde vivimos y su clima correspondiente pueden llegar a ser determinantes para nuestra forma de ser. Aunque no son los únicos factores que entran en juego.

"Sabemos que los rasgos de personalidad varían según las regiones geográficas", afirma el profesor Samuel Gosling, investigador de la Universidad de Melbourne y autor de este estudio.

"También sabemos que estos rasgos geográficos de personalidad están asociados con una amplia gama de resultados consecuentes, incluida la actividad económica, las tasas de creación de empresas, las tasas de delincuencia, los hábitos de salud y la tendencia electoral".

Estudio con una muestra superior al millón

Para llegar a estas conclusiones, el equipo de investigadores, compuesto por académicos australianos, estadounidenses, chinos y británicos, hicieron pruebas de personalidad a más de un millón y medio de personas.

En su mayoría eran estadounidenses, pero también participaron cinco mil estudiantes chinos.

Al analizar y computar los resultados de las pruebas, los autores observaron que cuanto más se acercaba la temperatura media de una ciudad a los 22 grados, su población mostraba unas características de personalidad mucho más favorables.

Es decir que, aunque el clima no sea lo único que importa para lograr la felicidad, sí que colabora al desarrollo de facetas de nuestra personalidad que nos ayudarán a alcanzarla.

Y eso ya es motivo suficiente para ser optimistas ante el futuro cercano y para celebrar la llegada de la primavera.