Junio es el Mes Internacional del Cuidado de la Fertilidad.

La infertilidad es una enfermedad del sistema reproductivo masculino o femenino que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es un problema que afecta a entre 48 y 186 millones de parejas en el mundo.

Se considera infertilidad la incapacidad de lograr un embarazo después de más de un año manteniendo relaciones sexuales sin protección. 

Las causas pueden ser variadas: tanto factores del hombre como de la mujer, ambientales, estilo de vida o la edad.

Entre 1975 y 2020, la edad media del primer embarazo ha aumentado cinco años: de 27 a 32 años. 

El País Vasco y la Comunidad de Madrid son las comunidades autónomas en la que las mujeres son madres primerizas más tarde, 32,2 y 32,06 años, respectivamente. 

El doctor Alex García-Faura, director de I+D+I y de la Unidad de Oncofertilidad de Fertilab Barcelona, responde a ‘Guías de Salud’ las dudas más frecuentes sobre la fertilidad (formas para incrementarla) y los tratamientos asistidos más exitosos.

¿Se puede potenciar la fertilidad con una dieta equilibrada?

No hay una evidencia científica clara de que ningún alimento en particular pueda incrementar la fertilidad masculina o femenina.

Pero una dieta equilibrada, como la mediterránea, y una actividad física regular sí quepueden incrementar las posibilidades de embarazo, y reducir al mismo tiempo los riesgos durante el mismo.

En pacientes de menos de 35 de años que buscan activamente un embarazo, se considera recomendable una primera visita de consejo reproductivo pasados 12 meses sin éxito

La ESHRE (European Socitey in Human Reproduction & Embriology) destaca la obesidad como uno de los factores de riesgo más relevantes en reproducción, tanto para el varón y la calidad del semen, como para la mujer, su posibilidad de ovulación, implantación y aumento del riesgo de aborto de repetición.

El incremento de la obesidad en España, especialmente infantil y juvenil, es preocupante por su riesgo cardiovascular, por el incremento del riesgo de cáncer... pero también por el gran impacto que puede tener a nivel reproductivo y obstétrico en el futuro.

¿Cuáles son las causas más frecuentes de infertilidad? ¿Se podrían evitar?

La causa más importante de la reducción de la fertilidad en la población española es el retraso progresivo de la maternidad.

Causada por un modelo social que no permite la emancipación a una edad normal, ni un trabajo estable, ni una conciliación familiar y laboral en la edad óptima para la fertilidad, que se sitúa entre los 25 y los 30 años.

Hemos pasado en 20 años de una edad media del primer parto a los 27 años, a más de 32 en el momento actual.

Y por si esto fuera poco, más de un 10% de los partos en España son de mujeres mayores de 40 años, y el grupo de entre 45 y 50 va en aumento.

Consulta de embarazos gemelares HOSPITAL UNIVERSITARIO DE TORREJÓN

Es difícil cambiar este modelo social en los países desarrollados. 

Aun así, como solución temporal, la divulgación entre mujeres jóvenes de la preservación de sus óvulos, aunque controvertida, podría mejorar sus posibilidades de ser madres en el futuro, si no pueden asumir la maternidad antes de los 35 años.

¿Hasta cuándo hay que esperar para plantearse la reproducción asistida? ¿Cuándo es el mejor momento?

Las pacientes deberían aprovechar sus controles ginecológicos anuales para informarse de su pronóstico reproductivo mucho antes de tomar la decisión de ser madres.

Es una labor divulgativa primordial en asistencia primaria, que sin duda ayudaría a planificar mejor el proyecto de familia de cada paciente, y reducir su riesgo de esterilidad.

En pacientes de menos de 35 de años que buscan activamente un embarazo, se considera recomendable una primera visita de consejo reproductivo pasados 12 meses sin éxito

A partir de esa edad, y especialmente a partir de los 38, cuando se incrementa también la posibilidad de abortos naturales de repetición, se aconseja realizar esta primera visita pasados 6 meses sin éxito.

Sin duda, en modelos de familia monoparental o biparental homosexual, la consulta debe realizarse desde un inicio.

¿Cuántas técnicas hay y cuáles son las más exitosas?

Hay una gran variedad de técnicas según la condición de cada paciente: desde tratamientos médicos sencillos y cambios a hábitos de vida saludables, hasta técnicas más complejas que requieren que parte del proceso se desarrolle en un laboratorio, in vitro. 

La mayor tasa de éxito se consigue con un diagnóstico detallado e individualizado de cada paciente, así como a través de profundizar con el paciente sobre el modelo familiar que desea. También conociendo las limitaciones personales, éticas o morales que pueda tener: cuántos hijos quieren tener, o si estarían dispuestos a aceptar semen u óvulos de un donante si fuera necesario.

¿Técnicas de fertilidad para cada edad?

En pacientes jóvenes, hasta los 38 años, y siempre que no existan problemas destacables en sus estudios de fertilidad, la inseminación artificial suele ser la técnica más extendida, con una tasa de recién nacido de hasta un 45% tras realizar 3 ciclos.

A partir de los 38 años, o antes si existen alteraciones en los estudios de fertilidad, la fecundación in vitro suele ser la técnica de elección, con una tasa de recién nacido que oscila entre el 40-50% según la edad y los factores de riesgo de cada caso.

Imagen de archivo de una ecografía Freepik

Entre los 40-43 años, o en pacientes más jóvenes que ya han fracasado con las técnicas más habituales, la mayoría de pacientes tienen que recurrir a la fecundación in vitro con estudio genético preimplantacional (PGT).

Las tasas de recién nacido se sitúan entre el 65-70% en cada transferencia de un embrión sano.

A partir de los 50 años, la mayoría de centros de reproducción asistida no recomiendan realizar tratamientos por el elevado riesgo durante el embarazo

Alex García-Faura - Director de I+D+I y de la Unidad de Oncofertilidad de Fertilab Barcelona

En pacientes de más de 43 años, o con un fallo ovárico en edades más precoces, el tratamiento de elección suele ser la fecundación in vitro con óvulos de donante. Es una técnica muy sencilla para la paciente, y muy eficaz, con una tasa de recién nacido superior al 85% por cada ciclo de estimulación de la donante.

En algunos casos, cuando existe un problema de fertilidad de los óvulos y del semen en la misma pareja, o en mujeres sin pareja masculina a partir de los 43 años, la adopción de embriones es una técnica sencilla, y con una tasa de recién nacido de entre un 45 y un 50% en cada transferencia.

No hay que olvidar al varón: hasta en un 30% de las parejas estériles el factor masculino es la causa principal. Las nuevas técnicas de diagnóstico y tratamiento sobre el varón pueden en muchos casos ser primordiales para tener éxito.

A partir de los 50 años, la mayoría de centros de reproducción asistida no recomiendan realizar tratamientos por el elevado riesgo durante el embarazo.

¿Cuál es el perfil que recurre a las técnicas de reproducción asistida?

El perfil de pacientes que acuden a un centro de reproducción asistida son familias biparentales, con una media de 38 años, y con una historia previa de varios años de esterilidad.

Así es cómo los nacidos por cesárea desarrollarían mejor su sistema inmune

Hay dos perfiles de pacientes con un gran aumento en los últimos años: las familias monoparentales, especialmente de mujeres jóvenes que han decidido asumir la maternidad en solitario, y ser madres jóvenes, y las familias biparentales homosexuales, que deciden iniciar su proyecto de familia cada vez en edades más tempranas.

Debido a los avances en oncología y la mejor supervivencia de las pacientes que han superado un tratamiento por cáncer, ha habido un crecimiento muy significativo de las pacientes que solicitan una primera consulta en centros de reproducción asistida, que dispongan de una unidad multidisciplinar de oncofertilidad

 ¿Los intentos son limitados? ¿Edad máxima recomendable? ¿Si falla el tratamiento?

La edad máxima aceptada para tratamientos de reproducción asistida en la mayoría de centros se sitúa en los 50 años.

Sin duda, en pacientes con otros factores de riesgo, como la obesidad, la hipertensión u otros problemas de salud que generen un elevado riesgo para el embarazo, este límite de edad debe ser individualizado.

No hay un límite establecido de tratamientos. Aun así, ante los fallos de repetición con técnicas sencillas, lo más recomendable es profundizar en las causas, y habitualmente proponer técnicas más complejas o con una mayor tasa de éxito. 

Un diagnóstico preciso desde el inicio y un tratamiento individualizado, que se vaya adaptando a los fallos de repetición, sin duda son la clave para reducir al mínimo posible el número total de tratamientos para llegar al objetivo del recién nacido.