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Doctor, a veces tengo problemas para oír bien: ¿cómo sé si necesito un audífono?

Las pruebas que podamos hacer en casa nos pueden dar una pista de si hay algún oído que escucha peor que otro, como es, por ejemplo, que nos cambiamos el teléfono de lado

Los audífonos son las prótesis que amplifican, en el oído, la frecuencia de los sonidos que nos llegan. Llevarlos, cuando nuestra audición se ha reducido, evita el aislamiento social, puesto que permite que accedan a nuestra comprensión todos los sonidos. Pero, ¿cómo saber si nuestra audición es deficiente?

Según explica la Dra. Zenaida Piñeiro, especialista en otorrinolaringología de Clínica Corachan, “cuando no se entienden las palabras a pesar de escuchar sonidos, por ejemplo, en un lugar con ruidos de fondo, como una cafetería o con ambiente bullicioso, esa es una alerta a tener en cuenta”. Otra es “si siempre se pregunta ‘qué’ para que nos repitan lo que se nos acaba de decir”, añade.

En general, las pruebas que podamos hacer en casa nos pueden dar una pista de si hay algún oído que escucha peor que otro, como es, por ejemplo, que nos cambiamos el teléfono de lado. Pero siempre se deben mirar todas las frecuencias mediante audiometría para detectar cuánto y cómo falla nuestra audición.

Si se sospecha de baja audición, se debería acudir directamente a la consulta de otorrinolaringología. Si no es posible, debemos pedir a nuestro médico de familia que nos derive al especialista.

Pruebas precisas

Habitualmente, la audiometría tonal en cabina (tonos o pitidos) y la audiometría verbal (logo audiometría – con palabras para ver la inteligibilidad) son las pruebas que se realizan para confirmar la falta de audición.

Según los resultados de uno y otro oído, sabremos si la pérdida de audición es unilateral o bilateral, en uno solo de los oídos o en ambos, o en ambos pero con niveles muy o poco diferentes. Sobre todo ello, el otorrinolaringólogo informará y aconsejará sobre la necesidad de llevar audífono en uno o en los dos oídos.

En cuanto a la posible diferencia en los grados de pérdida de audición, la Dra. Piñeiro explica que en el caso de la presbiacusia, la pérdida de audición debida a la edad, esta suele darse en ambos oídos, es decir, una pérdida simétrica. Pero en otras patologías, puede ser que un oído presente peor audición que el otro.

Recomendación

Acudir siempre a un especialista en otorrinolaringología para confirmar la pérdida de audición y el nivel de esta en ambos oídos es la principal recomendación de los expertos, en lugar de acudir directamente a una tienda de audífonos, a pie de calle, sin pasar por el reconocimiento en consulta de un profesional sanitario.

El otorrinolaringólogo, en base a los resultados, nos dará a conocer la causa y el grado de pérdida auditiva, y hará la valoración del tratamiento más adecuado. En caso de precisar audífonos, eso sí, para ajustarlos, valorar el tipo de audífono o las diferentes gamas de estos, los audiólogos o audioprotesistas nos podrán ayudar, ya desde los establecimientos en los cuales se adquieren los audífonos.

Principales causas de la pérdida de audición

Entre las principales causas de la pérdida de audición está la presbiacusia, que es la pérdida de audición debida al envejecimiento de las células del oído, que empieza entorno a los 50 años. La presencia de tapones de cerumen es otra causa de pérdida auditiva. Los tapones pueden producir pérdidas de hasta un 40% de la capacidad auditiva, aunque no duelen y, ni tan siquiera se percibe la sensación de tapado. Las otitis -infecciones de oído- medias crónicas también provocan pérdida de audición.

Pueden ser causadas por perforaciones, supuraciones frecuentes u oídos ya operados por colesteatoma, que se puede dar por una complicación de la infección. También la otosclerosis puede estar detrás de la pérdida de audición. Es la enfermedad hereditaria más frecuente en mujeres que se manifiesta como una hipoacusia transmisiva asimétrica, más en un oído que en otro, pero suele ser bilateral.

Tal como recuerda la Dra. Zenaida Piñeiro, “el oído que no es estimulado, siempre va a ser más difícil de amplificar en el caso de que la pérdida sea progresiva, por ejemplo, por la edad. Por ello, no debemos esperar a tener pérdidas severas para adaptarnos, es decir, la estimulación del oído con el audífono debe ser precoz, puesto que así rehabilitamos o entrenamos la audición que nos queda”.