Los deportistas vocacionales no tienen problema en mantener sus rutinas físicas a diario, incluso cuando están de vacaciones.

Pero si eres de los que tienen que hacer deporte para mantenerse en su peso o por indicación médica, volver al gimnasio tras el verano se te puede hacer muy cuesta arriba.

Sigue estos consejos y así tendrás más posibilidades de evitar el abandono definitivo de la práctica deportiva.

No entrenes por tu cuenta

Confía en los servicios de un monitor del gimnasio o, mejor aún, de un entrenador personal. Te orientará y te ayudará a motivarte y a dosificar el esfuerzo.

Mejor entrena acompañado

Si no optas por someterte a la tutela de un entrenador profesional, procura buscar compañía a la hora de ejercitarte.

Una buena alternativa es que te inicies en ejercicios grupales o entrenar con aquellos clientes del gimnasio con los que hagas buenas migas.

Energiza tu cuerpo antes de entrenar

Una práctica habitual común es restringir la ingesta de calorías para coger rápidamente la forma perdida durante el verano.

Hacer eso antes de practicar deporte es un error: antes de hacer deporte has de ingerir alimentos ricos en hidratos de carbono. Así evitarás la debilidad y la desgana, previniendo, además, una posible hipoglucemia.

No pretendas ponerte de nuevo en forma en unos pocos días

No quieras hacer en una semana lo que has dejado de hacer durante todo un mes.

Si te fuerzas demasiado, aumentarán tu rechazo y tu desgana: pronto encontrarás excusas para dejar de acudir habitualmente al gym.

Busca un deporte que te llene

Hacer deporte no implica que obligatoriamente tengas que machacarte con las pesas o hacer planchas y abdominales de manera compulsiva.

¿Has pensado que hay actividades como el pilates, el ciclismo o la natación, que pueden resultar más placenteras y son altamente efectivas a la hora de mantener la forma? Busca una actividad que te llene y hacer deporte será mucho más fácil.