¿Lavar o no lavar el pollo crudo? Una de las cuestiones más repetidas en la cocina porque por inercia tendemos a lavar cualquier alimento antes de cocinarlo. El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) ha lanzado una advertencia que no ha dejado indiferente a nadie por la polémica que conlleva. El pollo es un alimento versátil que puede sacarnos de más de un apuro si vamos con prisa y queremos algo ligero y saludable que digerir.

Según este organismo de EEUU, la respuesta a esta pregunta es definitiva y no hay marcha atrás: no hay que lavar el pollo porque corremos el riesgo a propagar las bacterias a los utensilios y otros alimentos que haya alrededor de la zona de nuestro trabajo. Dos expertos de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología han explicado que entre el 40 y el 60% de los pollos están infectados con la bacteria campylobacter, que da lugar a diarreas que pueden ser más o menos graves.

La agencia aconseja colocar el pollo crudo en una bolsa desechable antes de almacenarlo en el frigorífico, lavarse bien las manos con jabón después de manipularlo, usar una tabla de pelar y cortar que no se utilice para el resto de alimentos, y lo más esencial, no colocar ningún alimento cocido o productos frescos alrededor de la misma balda del frigorífico.

Intoxicaciones producidas por el pollo crudo

Una de las recomendaciones que dan los expertos en microbiología es la de cocinar adecuadamente el pollo para que se evite la intoxicación alimentaria. En Europa, se dan alrededor de 40.000 casos de intoxicaciones de este tipo, 3.300 hospitalizaciones y cerca de 20 fallecidos.

¿Cómo evitar que nos intoxiquemos? Aquí dejamos algunas claves que explican desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU):

  • La carne de pollo debe ser lo último que se compre antes de abandonar la tienda
  • Transportar el pollo en bolsa térmica para evitar romper la cadena de frío
  • Si no se va consumir la carne de pollo en 24-36 horas mejor congelarla
  • Evitar que la carne de pollo entre en contacto con otros alimentos y colocarla en la parte más fría de la nevera
  • Cocinar bien el pollo para asegurar que las bacterias se destruyen
  • Se puede conservar la carne cocinada que sobre en el frigorífico un máximo de 2 días, pero cuando se vaya a comer hay que asegurar de calentarla bien