El descanso es una de las cuestiones de salud que más preocupan a muchas personas, toda vez que cada vez son más frecuentes los problemas del sueño, bien sea para conciliarlo, para mantenerlo o para despertar.

Ante este escenario, aumenta la preocupación por conceptos como la deuda de sueño, una circunstancia acentuada por el efecto acumulativo de la falta de descanso.

En líneas generales, la deuda o privación de sueño puede definirse como el efecto que acarrea el hecho de no dormir las suficientes horas de manera continuada en el tiempo, generando problemas físicos y mentales en el día a día de los afectados.

La falta de sueño afecta a nuestras actividades diarias. Shutterstock

Tipos de privación de sueño

Existen dos modalidades de deuda de sueño, con diferentes efectos sobre la salud:

  • Privación parcial del sueño: Ocurre cuando un individuo duerme en periodos cortos durante un tiempo prolongado durante días o semanas. Puede verse afectada por el consumo de sustancias como la cafeína. Es una circunstancia que puede llegar a cronificarse. Su recuperación es más lenta y progresiva, no siendo suficiente en muchas ocasiones un sueño prolongado para regresar a la normalidad.
  • Privación total del sueño: Se da cuando una persona permanece despierta de manera continua durante días o incluso, en casos extremos, semanas. Su recuperación es más rápida, pudiendo normalizar las condiciones fisiológicas con una sesión de sueño duradero y reparador. Sin embargo, en caso de prolongarse en el tiempo, la situación de privación de sueño llega a tener efectos de mayor gravedad.

Privación de sueño nocturno. Shutterstock

Cuánto debes dormir según tu edad

Recientes estudios han establecido el tiempo de sueño diario que es conveniente mantener según la etapa vital que se atraviese. En resumidas cuentas, serían las siguientes:

  • Bebés de 0-3 meses: Entre 14 y 17 horas cada día, pero no más de 18
  • Bebés de 4-11 meses: Entre 12 y 15 horas diarias, sin sobrepasar las 17 horas
  • Niños de 1-2 años: Entre 11 y 14 horas diarias, nunca menos de 9 o más de 16
  • Niños de 3-5 años: Entre 10 y 12 horas, diarias, pero no menos de 7 ni más de 13
  • Niños de 6-13 años: Entre 9 y 11 horas diarias, pero no menos de 7 ni más de 12
  • Adolescentes de 14-17 años: Entre 8 y 10 horas diarias, pero no menos de 7 ni más de 11
  • Jóvenes de 18-25 años: Entre 7 y 9 horas diarias, pero no menos de 6 ni más de 11
  • Adultos de 26-64 años: Entre 7 y 9 horas diarias, pero no menos de 6 ni más de 10
  • Mayores de 65 años: Entre 7 y 8 horas al día, pero no menos de 5 ni más de 9