Crisis del coronavirus
La 'doble mutante' india asusta
Rafa López
El nombre de “doble mutante” asusta. Suena a título de película de David Cronenberg, el director de 'La mosca', y más si uno piensa en el tremendo aumento de casos y muertes en India, donde se producen más de un tercio de los casi un millón de contagios diarios de COVID-19 en el mundo. Pero los científicos recuerdan que ninguna variante es responsable de un repunte epidémico hasta que así se demuestre. Tampoco la variante india B.1.617.
La denominación 'doble mutante', aplicada a esta variante descubierta en India en octubre de 2020, no es para nada científica. No se refiere a que tenga dos mutaciones –de hecho, tiene al menos 15–, sino a que posee dos en la proteína espícula (spike), la 'llave' con la que el virus entra en las células, que no se habían observado previamente en la misma variante. Una de ellas es la E484Q, en la misma posición que la famosa E484K (llamada 'Erik', presente en las variantes brasileña P.1 y sudafricana B.1.351), que le confiere mayor 'agarre' a los receptores celulares ACE2 –las 'cerraduras'celulares– y se asocia a una mayor capacidad de escapar al sistema inmune. La otra es la L452R, presente en la variante californiana. Está asociada con una mayor afinidad de la proteína espícula con los receptores ACE2 y a una menor capacidad de reconocimiento por parte del sistema inmune.
Hay una tercera mutación, la P681R, que algunos científicos asocian a una mayor infectividad.
¿Es más contagiosa? Los científicos no lo tienen nada claro. Recuerdan que en India, donde viven más de 1.300 millones de personas, están también circulando las variantes inglesa (B.1.1.7) y sudafricana (B.1.351), y el porcentaje de muestras secuenciadas es muy bajo, por lo que es difícil saber qué parte de responsabilidad tiene la variante B.1.617, si es que tiene alguna, en el pronunciado repunte de los contagios. De momento los virólogos y genetistas la clasifican como 'variante en investigación' ('VUI', por sus siglas en inglés) y no 'variante de preocupación' ('VOC'). Además, esta variante india carece de la mutación N501Y, que sí tiene la británica y que está vinculada a una mayor transmisibilidad.
El científico estadounidense Eric Topol esgrime en Twitter un estudio publicado en 'Cell' para apuntar que es improbable que la mutación E484Q tenga efectos, y añade que la L452R no produce un nivel muy alto de evasión inmune. Además, cita estudios que demuestran la capacidad de las vacunas para neutralizar esta variante.
Por su parte, Ravi Gupta, profesor de Microbiología Clínica de la Universidad de Cambridge, considera que las vacunas podrían ser algo menos efectivas contra esta variante, que también podría reinfectar a personas que ya han pasado el virus, sobre todo cuando el paso del tiempo ha disminuido su inmunidad.
La dramática situación de la india, con más de 300.000 contagios y 3.000 muertos diarios, recuerda a la que se vivió en enero en la ciudad brasileña de Manaos, donde se creía haber alcanzado la inmunidad de grupo con un 70% de seroprevalencia, y una segunda ola devastadora, que incluyó la variante P.1, batió todos los registros de mortalidad. Según destaca la revista 'Nature', estudios realizados en India en diciembre y enero estimaron que más del 50% de la población en algunas áreas de las megaciudades indias había pasado la infección por SARS-CoV-2, lo que hacía prever una segunda ola mucho más suave. Algunos científicos especulan que la primera ola se cebó sobre todo en los pobres, que no pudieron protegerse, y esta segunda afecta más a comunidades urbanas más ricas, que antes pudieron aislarse. Al parecer, esta percepción de inmunidad y la llegada –lenta aún– de la vacuna hizo confiarse a la población, que acudió a eventos masivos como el festival Kumbh Mela, en la ciudad santa de Haridwar, una de las mayores fiestas religiosas del mundo.
Lo que se ha percibido en la India es lo mismo que se ha constatado en Europa con la variante inglesa: cuando un miembro de la familia se contagia caen todos, algo que con la cepa tradicional no ocurría.
Fuera de India, la variante B.1.617 ha sido identificada en una veintena de países. En Reino Unido, con fuertes lazos con su antigua colonia, se han hallado 268 casos. Países Bajos e Italia han suspendido vuelos con la India, al igual que Nueva Zelanda, Hong Kong, Singapur, Emiratos Árabes y Canadá. Francia y Reino Unido imponen cuarentenas.
En España no se han tomado medidas. No hay vuelos directos, pero los pasajeros pueden llegar desde India a través de otros países. Basta presentar un test PCR con resultado negativo. Fernando Simón señaló este lunes que “hasta ahora no ha demostrado ningún factor de riesgo asociado a esta variante”, aunque “podría vincularse a una mayor transmisibilidad y escape inmunitario por las mutaciones que tiene”.
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