En las fiestas navideñas todos tendemos a comer más de la cuenta; por si esto fuera poco, nos hinchamos de platos e ingredientes que no suelen estar presentes en nuestra dieta cotidiana y lo hacemos de forma continuada en un periodo corto de tiempo. Por lo que es normal, que nuestro estómago se resienta y pida ayuda.

Como todo el mundo quiere pasar unas buenas fiestas, disfrutando de la compañía y de la comida, suele ser habitual que se utilice omeprazol y antiácidos por iniciativa propia para evitar que el estómago se queje.

El problema es que, aunque el omeprazol y el antiácido sirvan para tratar la acidez, no son lo mismo, y hay uno cuyo consumo no es indicado para lo que nos preocupa estos días.

Omeprazol, siempre con receta

El omeprazol no es un protector de estómago como comúnmente se cree. Su uso tampoco es inocuo. Aunque puede comprarse sin receta médica en algunos casos, siempre debe tomarse con un consejo farmacéutico o indicación médica previa, y por un período corto de tiempo, en el caso de no haber sido indicado por el médico.

Tal como indica el farmacéutico Javier Velasco, de la subcomisión de Revisión del Uso de los Medicamentos de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC), el uso del omeprazol está indicado en casos de reflujo gastroesofágico, y en las úlceras, tanto gástricas como duodenales; también en el tratamiento de una bacteria llamada helicobacter pylori.

El omeprazol actúa bloqueando la producción de ácido en el estómago, de manera que solo hay que tomarlo bajo la indicación de un profesional, no a nuestro juicio. El ácido que fabrica nuestro estómago es necesario para poder digerir bien los alimentos, por lo tanto, bloquear su producción no es necesaria y nos hace más mal que bien. Además, hay que tener en cuenta que el efecto del omeprazol no es inmediato, tarda unos días.

Por otra parte, como todos los medicamentos, el omeprazol tiene efectos secundarios así que debe ser el médico quien valore si debe tomarse o no.

Antiácidos, ideales para los excesos

La mejor opción para que nuestro estómago no sufra los excesos de estas fiestas es decantarse por los antiácidos. Al comer más, producimos más ácido para hacer la digestión y este es el que nos da la sensación de ardor.

Si queremos solucionar el problema, nos bastará con neutralizar el ácido mediante un bicarbonato, las sales de aluminio y magnesio (el conocido Almax), carbonato cálcico... Los antiácidos sí neutralizan el ácido en el estómago.

Además, los antiácidos tienen un efecto inmediato y la sensación de alivio suele ser bastante rápida. Tampoco debemos abusar de los antiácidos; un consumo excesivo puede encubrir enfermedades como úlceras o gastritis. Si el dolor de estómago suele ser habitual es recomendable acudir al médico.

Sobrecargar el estómago no es demasiado bueno y nos predispone a encontrarnos mal, así que reducir un poco los excesos nos ayudará a pasar unos buenos días de fiestas y disfrutar de la compañía de familia y amigos.