El futuro de Palma pasa por convertirse en una ciudad inteligente o smart city basada en tres principios básicos: un código de valores que pongan a las personas en el centro y supongan un desarrollo sostenible; una visión que aproveche los activos de la ciudad y la incorporación de la innovación tecnológica.

Esta es una de las principales conclusiones de la primera jornada del ciclo Palma, ciutat de futur que se celebró el pasado jueves en el club DM, organizado por Diario de Mallorca y el ayuntamiento de Palma con la colaboración de Binter.

Con el título de Palma, una ciutat en transformació, este primer encuentro debatió sobre las nuevas maneras de vivir y pensar las ciudades encaminadas a un nuevo modelo urbano y los retos sociales, económicos y medioambientales que se deben afrontar.

Para ello contó con la participación de representantes del consistorio palmesano, vecinales y del urbanismo que intentaron contestar, entre otras, a las siguientes preguntas: ¿Hacia dónde se dirigen las ciudades ? ¿Qué requisitos se necesitan para que Palma se convierta en una ciudad inteligente o smart city?.

La directora de Diario de Mallorca, Marisa Goñi, inauguró el acto antes de dar paso a la ponencia de Ignacio Alcalde, arquitecto urbanista, CEO de City Focus, experto en Smart Cities y Territorios Inteligentes. Tras su intervención, tuvo lugar un debate, moderado por la periodista de este rotativo, Mar Ferragut, en el que participaron junto a Ignacio Alcalde, el gerente de Urbanismo del Ayuntamiento de Palma, Joan Riera y la presidenta de la Federació d’Associacions de Veïns de Palma, María Isabel Alcázar.

Marisa Goñi destacó durante su intervención que vivimos un momento de transformación en todos los ámbitos político, económico, energético y social. En este contexto, Goñi recordó que Palma se encamina hacia el futuro «reclamando un nuevo espacio para las nuevas tecnologías como ciudad inteligente buscando al mismo tiempo la convivencia entre vecinos y comercios, diversión y descanso». Mencionó el nuevo Plan de Ordenación Urbana que está elaborando el ayuntamiento y esperó que este ciclo de reflexión contribuya a que Ciutat «sea una ciudad mejor y de todos».

La ponencia del experto en urbanismo, Ignacio Alcalde, sirvió para clarificar conceptos como la Inteligencia Urbana, las smart cities y hacia dónde van encaminadas las ciudades. Todo ello desde su experiencia práctica profesional en procesos de transformación urbana y desarrollo territorial.

María Isabel Alcázar, Joan Riera, Marisa Goñi, Ignacio Alcalde y Mar Ferragut en el club DM. B.Ramon

Las ciudades inteligentes

Alcalde quiso dejar claro desde un principio que para construir una ciudad inteligente no es suficiente solo con la aplicación de las nuevas tecnologías sino que estos avances hay que ponerlos al servicio de unos valores y una misión. En este sentido, mencionó que cada ciudad debe definir su propio código de valores poniendo a las personas en el centro de la transformación urbanística y fomentando un desarrollo sostenible. Puso el ejemplo de Ámsterdam que potencia la bici «porque los ciudadanos apuestan por este tipo de movilidad», puntualizó.

Disponer de un proyecto claro de futuro que aproveche los activos de la ciudad sería otro de los requisitos para desarrollar una smart city además de una aplicación de las nuevas tecnologías «no al servicio de las empresas tecnológicas sino para la finalidad que los ciudadanos y sus gobiernos hayan decidido».

Una ciudad sostenible del futuro deberá fomentar, en opinión de Alcalde, «los ecomateriales inteligentes, las energías renovables, la resiliencia, la movilidad sostenible y la economía circular».

El experto en urbanismo recordó que la pandemia de la Covid 19 ha acelerado las megatendencias que se han instalado en las ciudades con la revolución tecnológica. Entre ellas destacó la vida ‘figital’ en la que se mezcla lo digital y lo físico; la ciudad saludable y post-automóvil que gira en torno a las personas; la vivienda híbrida, en la que residimos y trabajamos al mismo tiempo; el uso de biomateriales para reducir la huella de carbono y la cultura de la proximidad o kilómetro cero potenciando los barrios.

La mesa redonda posterior permitió contrastar el punto de vista de los expertos en urbanismo con la de los vecinos de Palma.

La Palma del futuro

¿Qué modelo de ciudad quiere desarrollar el Ayuntamiento de Palma?. El gerente de Urbanismo del consistorio palmesano, Joan Riera, manifestó que el nuevo Plan General de Ordenación Urbana «permitirá pasar de la ciudad dividida por zonas que depende del coche a otra urbe pensada para la gente». «Cada ciudad tiene unas oportunidades y en el caso de Palma hay que eliminar las barreras, abrir la ciudad al mar con la reforma del paseo marítimo y crear parques verdes», señaló.

En este nuevo modelo de ciudad del futuro, ¿qué papel deben tener los vecinos?. La presidenta de la Federación de vecinos de Palma, Maribel Alcázar, aseguró que la participación de los ciudadanos es un elemento clave: «No hay una ciudad para las personas si no la hacen las personas». A su juicio, el primer elemento a transformar sería «cambiar el funcionamiento de las instituciones que representan un laberinto de normas y dificultades. «Siempre hablamos de la innovación tecnológica pero cuando los vecinos plantean problemas se estrellan contra los muros burocráticos», lamentó la representante vecinal.

La particularidad de Palma como ciudad turística que sufre el problema de la masificación y las consecuencias que entraña fue otro de los puntos que se debatieron en este encuentro. El arquitecto Alcalde reconoció que las ciudades turísticas generan «disfunciones» por lo que las claves de la transformación son distintas. «Hay que evolucionar el modelo y no estancarse», señaló.

Joan Riera enumeró las medidas que está poniendo en marcha el Ayuntamiento de Palma para crear una ciudad más sostenible. Recordó que Palma acoge millones de pernoctaciones y en los últimos veinte años la población ha crecido un 40%. «Estas características especiales suponen una dificultad a la hora de articular la ciudad», puso de manifiesto el gerente de urbanismo.

Para afrontar esta situación explicó que Cort ha prohibido el alquiler turístico en viviendas plurifamiliares, ha puesto limitaciones al uso turístico de los solares y está promoviendo la diversificación económica. «En lugar de polígonos industriales construimos barrios en los planes parciales dedicando el 70% para residencial, de la que el 50% se destina a vivienda protegida, y el 30% para actividad económica», aseguró Riera. La representante de las asociaciones vecinales lamentó que se tomara la medida de prohibir el alquiler turístico en plurifamiliares pero que no se lleven a cabo inspecciones para garantizar que se cumple la normativa. «El crecimiento turístico desaforado está conduciendo a la gentrificación y la imposibilidad de los jóvenes de encontrar viviendas asequibles», se quejó Alcázar. «No es posible que el alquiler de un piso de 40m2 cueste 900 euros al mes y alquilar una habitación unos 600», añadió.

Riera reconoció que es difícil terminar con la inercia de las administraciones al tiempo que señaló que el Plan General de Ordenación Urbana está pensado para un plazo de veinte años. Además, añadió que la inspección del alquiler turístico es competencia del Consell de Mallorca.

Al mismo tiempo el gerente de urbanismo puso en valor la creación del distrito de innovación prevista en el Nou Llevant aprovechando el suelo de uso terciario existente. «Aprobaremos la creación de la fundación para el desarrollo del distrito de innovación», indicó el gerente de Urbanismo. El arquitecto Ignacio Alcalde resaltó la importancia del concepto de «flexibilidad» en el urbanismo que supone «cambiar en función de las necesidades de cada momento». «Es importante impulsar un ecosistema de innovación en el que los vecinos participen», añadió.

Movilidad sostenible

La importancia de la promoción de la movilidad sostenible reduciendo la presencia de los vehículos a motor fue otro de los puntos destacados que se trataron en este evento de debate.

Maribel Alcázar argumentó que no existe un concepto de servicio público en la ciudad. «A la hora de planificar hay que tener en cuenta el factor humano y preguntar al ciudadano sus verdaderas necesidades», aseguró.

En este contexto de necesidad de cambio de modelo de ciudad pensada para las personas, se analizó cómo conjugar la necesidad de la transformación con la resistencia ciudadana. Ignacio Alcalde indicó que los proceso de cambio «siempre son complejos pero con la pandemia la sociedad se ha concienciado sobre la relevancia de lo saludable lo que nos obliga a rediseñar las ciudades con la presencia de espacios sin vehículos y la promoción de la movilidad sostenible».

Para Joan Riera es esencial primero tener un modelo de ciudad claro. «Disponemos de un territorio urbano limitado y es una ciudad donde mucha gente quiere residir, es decir, tenemos poca oferta y mucha demanda», afirmó al tiempo que añadió que una de las soluciones es el fomento de la vivienda asequible con diferentes iniciativas municipales.

Tras la jornada de debate se sirvió un cóctel en los jardines de Diario de Mallorca y los asistentes pudieron disfrutar de una exposición en las instalaciones del Club de viñetas e ilustraciones cedidas por el Clúster de Còmic y Nous Mèdia de Mallorca.