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Fútbol. Primera División.

La caída al fondo del Real Mallorca: colista en Primera 12 años después

Los bermellones ocupan el farolillo rojo de la tabla por méritos propios tras ocho jornadas en las que Jagoba Arrasate no ha dado con la tecla, el juego ha sido decepcionante y los fichajes no han aportado lo esperado

Valjent pelea por la pelota junto a Robert Navarro, exjugador del Mallorca.

Valjent pelea por la pelota junto a Robert Navarro, exjugador del Mallorca. / EFE

Miguel Chacártegui

Miguel Chacártegui

Palma

El Real Mallorca ha tocado fondo. Y esta vez, literalmente, en cuanto a la clasificación se refiere. A pesar de que Jagoba Arrasate definió así la situación del equipo tras perder ante la Real Sociedad, ha sido este fin de semana, tras caer ante el Athletic, en un nuevo ejercicio de cómo no ser competitivos en Primera División. Ocupar el último puesto de la clasificación es algo que siempre «duele», tal y como afirmó el técnico de Berriatua, a pesar de que solo se trata de la jornada 8.

La situación del Mallorca en la tabla no es fruto de la mala suerte. Es la consecuencia de un fútbol que no está siendo efectivo en ninguna de las dos áreas –algo para lo que Jagoba Arrasate no está encontrando la solución– y de una planificación deportiva que, por el momento, no ha servido para mejorar al equipo con fichajes que no están aportando algo diferente –sí Virgili, pero su participación ha sido efímera, aunque no así con jugadores como Pablo Torre–.

Si, además, le sumas todos los problemas extradeportivos que han sacudido al equipo y que inevitablemente han afectado a muchos de los integrantes del vestuario, el cóctel resultante es que las sensaciones que desprende el Mallorca 2025/26 son más que preocupantes. En San Mamés, donde tenía la oportunidad de dar continuidad a la alegría cosechada tras vencer al Alavés, el equipo mallorquinista ofreció todos los males que le están acompañando ya no solo esta temporada, sino todo el año.

El inicio del partido ante el Athletic fue terrible. Superados de principio a fin por la intensidad de los de Valverde, el equipo fue una marioneta en manos de los rojiblancos. Llegaban antes, querían más y estaban más acertados. Así era imposible que el 0-0 se aguantase. Y con el penalti se rompió la igualada a los nueve minutos.

Luego, es cierto que el choque llegó a equilibrarse, más por cansancio de los locales que ímpetu de los visitantes, pero cuando se encontró con el premio del gol de Samu Costa, un error garrafal en defensa, empezando por un despeje fatídico de Mojica y acompañado por una nula tensión defensiva de Darder o Muriqi, conllevó encajar el segundo.

Todo lo positivo, que tampoco fue mucho, que se extrajo del partido ante el Alavés se perdió este sábado en Bilbao. Las dos semanas de parón que quedan por delante, con el Sánchez Pizjuán y un Sevilla en racha por delante, no invitan al optimismo.

Lo mejor, por ver el vaso medio lleno, es que solo se llevan jugados 24 puntos y que quedan 90 en juego. Nadie ha descendido en octubre, pero que salir de los puestos de descenso esté solo a un partido es una situación que no siempre será así de sencilla.

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