Fútbol | RCD Mallorca
Son Moix se cansa y muestra su enfado en una tarde para olvidar
La derrota del Mallorca ante el Getafe puso en evidencia que la comunión entre equipo y afición está deteriorada, con un pique entre Maffeo y la grada de animación o Larin mandando callar tras anotar el gol al final del partido

Maffeo, en el momento que le corearon «vete ya». / Manu Mielniezuk
La derrota del Mallorca contra el Getafe fue lo de menos. Perdieron y se quedaron sin Europa, pero no es tan importante como lo que sí pasó en el segundo tiempo. Maffeo hizo gestos a la grada de animación y Larin la mandó callar después de marcar. Con el 0–2 en el electrónico y el encuentro prácticamente sentenciado, una parte de la afición en Fondo Sur cantó «estamos de vacaciones». En ese instante, el lateral catalán hizo algún gesto hacia la grada de animación desde el banquillo, por lo gritaron al unísono «Maffeo, vete ya». Poco después, esa parte de la afición dejó sus asientos y se colocó en la parte superior de su zona, en un claro mensaje a su equipo.
Al ser estos gritos tan constantes y no estar de acuerdo con ellos, parte del resto de las gradas pitó los cánticos. Para más inri, cuando la situación se calmó un poco, en el único arreón bermellón Larin marcó y mandó a callar a la grada. Justamente, hacia la misma parte del estadio que más se quejó del equipo.
Hay una evidente crispación al menos entre una parte de la afición con los jugadores. Y eso es algo a lo que hay que poner remedio, aunque queden tres meses para que el balón vuelva a rodar en Son Moix. Hay un desgaste y un caldo de cultivo peligroso. Eso sí, la ruptura no es total porque al acabar el partido, la mayor parte de la afición aplaudió a sus jugadores por la temporada que han realizado, con la cuarta salvación consecutiva.
Por otro lado, dentro de la misma afición hay una división, en especial entre una parte de la grada de animación con el resto de la hinchada, como así se hizo saber ayer durante una buena parte del segundo tiempo.
En 2025 se han generado heridas que, a medida que se ha acercado la recta final de campeonato, se han hecho más grandes. Lo mejor es que el curso ya ha acabado y que el tiempo y las decisiones que tome el club deberían servir para calmar las aguas y empezar con una energía renovada la temporada que viene, donde el objetivo será el mismo que esta: la permanencia.
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