Fútbol. Primera División.

El muro del Mallorca dura solo una mitad ante el Barcelona

El conjunto bermellón, al que sostuvo un gran Leo Román con sus paradas, solo pudo resistir hasta el primer minuto de la segunda parte con un gol de Dani Olmo

Los de Arrasate acusaron la falta de hasta seis titulares en Montjuïc

Olmo marcó con un tiro colocado el único tanto del partido.

Olmo marcó con un tiro colocado el único tanto del partido. / EFE

Miguel Chacártegui

Miguel Chacártegui

Palma

El Real Mallorca aguantó solo medio tiempo el asedio del Barcelona (1-0). Los de Jagoba Arrasate, muy condicionados por las bajas de hasta seis titulares, resistieron como pudieron los más de veinte remates a portería en la primera parte de los Hansi Flick en la portería de Leo Román, el mejor del partido. Sin embargo, el gol de Olmo en la reanudación tumbó la resistencia bermellona, que no tuvo eficacia para buscar el empate.

Jagoba Arrasate salió con lo que pudo en el Lluís Companys. Hasta seis titulares iban a ver el partido por televisión y no le quedaba otra al de Berriatua que apostar por crear una fortaleza alrededor de su área y rezar. Eso sí, para sorpresa de todos, cambió a su guardián y puso de titular a Leo Román.

El ibicenco, que no jugaba desde el pasado 3 de enero en Pontevedra (Copa del Rey), tenía por delante la misión de parar al equipo más goleador de la Liga. Casi nada. Y con el recuerdo del 1-5 que encajó ante ellos en su último partido en Liga.

Lo cierto es que la apuesta le salió redonda a Arrasate, al menos en la primera mitad. Si no llega a ser por Leo, el Mallorca se habría ido con un saco de goles en contra al descanso. Por arriba, abajo, reflejos puros, incluso de rebote… El portero habitualmente suplente de los bermellones dio un recital y amargó a los delanteros del Barcelona.

Nadie dudaba de que el partido en Montjuïc iba a ser un monopolio local frente a la resistencia visitante. Y es que la voluntad de los bermellones fue tremenda, pero no así la calidad. Más allá de Sergi Darder, el balón tiritaba en los pies de cualquiera que no fuera él. Daba igual estar presionados o no. La consigna, a excepción de dos o tres acciones, era alejar la pelota lo antes posible.

Y aun así, el Mallorca tuvo opciones de marcar. En el primer minuto, Morey, totalmente solo y enfilado hacia Szczesny, decidió pasar en vez de disparar. Y poco después, Antonio no estuvo preciso en un centro a Larin que solo tendría que haber empujado. Buen papel del canadiense que intentó sacar provecho de lo poco que le llegó. La imagen inicial de los bermellones fue muy buena, pero no les quedó otra que recular.

Y es que el Barcelona, con la final de Copa del Rey el sábado, tenía ganas de finiquitar el choque. Es verdad que realizó rotaciones y que sorprendió con Ansu Fati de titular, pero la calidad de sus futbolistas es incuestionable. Comandados por un impresionante Pedri y secundados por Lamine y Olmo, empezaron a poner a prueba las capacidades de Leo.

Especialmente estuvo acertado a una volea de Ferran en una de las paradas de la Liga. El asedio culé fue total y durante quince minutos el Mallorca no consiguió salir de su área. Roman reía tras cada acción. El portero estaba disfrutando y eso insufló ánimo a los suyos.

El Barça levantó el pie del cuello de los de Arrasate cuando el partido ya enfilaba para el descanso y a punto estuvo de costarle caro. Darder, el único con visión, regateó y detecto la carrera al espacio de Morey. El lateral controló y marcó gol, pero fue anulado por un fuera de juego muy justo que se resolvió en muy pocos segundos. Un buen susto para el Barcelona y la mejor vitamina para el Mallorca de cara a la segunda parte, que iba a ser igual o más dura que la primera.

Y la resistencia duró un minuto más. Lo que tardo Dani Olmo en controlar en el área, ver como Copete decidió tapar en vez de encimar y el mediocentro colocarla al palo derecho de Leo Román.

El gol sentó como un tiro a los bermellones, pero tarde o temprano tenía que llegar. Arrasate pedía cabeza a los suyos, pero el resultado ya no valía para nada. Un remate de Raíllo de cabeza que rozó el palo tras un envío de Mojica sirvió para devolver los ánimos al Mallorca, que no podía parar de defenderse y al que le costaba un mundo cruzar la línea del centro del campo.

Las entradas de Fermín y Raphinha dieron más pólvora a los de Flick. Por su parte, Arrasate optó por Marc Domènech en el sitio de Samu Costa. El Mallorca tenía que cambiar algo para intentar rascar como poco un empate. Dos remates de cabeza, obra de Raíllo y Larin, hacían dudar al Barcelona.

Pero el Mallorca se quedaba sin fuerzas y lo que había en el banquillo no daba la sensación de mejorar nada de lo que había sobre el césped. Leo venció a Lamine en el uno a uno para seguir manteniendo solo un gol de distancia. Lato, Valery, Abdón (que no pudo acabar el partido por lesión) y Salas fueron los últimos cambios de Arrasate.

Pero no hubo tiempo para nada más. El Mallorca aguantó media parte al Barcelona y la falta de nivel, lógica con la ausencia de seis titulares, no le dio para intentar sumar un punto.  

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