El reto de Larin: de fulminado a necesario

Son Moix fulminó a Larin, pero Arrasate lo necesita. Todo apunta a que el canadiense será el delantero titular del Real Mallorca ante la Real Sociedad este sábado en el Reale Arena (14 horas, Movistar) después de confirmarse la lesión de Muriqi en los isquiotibiales. Salvo sorpresa, Abdón tendrá que esperar su oportunidad en el banquillo.

El norteamericano fue uno de los jugadores señalados en la derrota contra el Celta el pasado sábado por 1-2. Su pasotismo desesperó a la grada, pero la baja del kosovar al menos en las jornadas más próximas le abren las puertas de la titularidad dos meses y medio después. Y eso es un reto mayúsculo para el técnico vasco, que está obligado a recuperarle para la causa y darle el apoyo que le falta en el entorno. 

La temporada de Larin se puede titular de dos formas diferentes: 2024, el resucitado y 2025, el ostracismo. Solo rinde cuando Muriqi no está disponible porque los dos no casan. Sin él, cumple bien y con él no se entiende.

El canadiense empezó el curso como suplente hasta que el kosovar se lesionó. Arrasate lo puso de titular y rindió como nunca antes hizo en la isla. Le anularon un gol ante la Real Sociedad, dio una asistencia contra el Betis, marcó al Valladolid y contribuyó en el tanto ante el Espanyol. En los siguientes partidos no vio portería, pero a raíz de la expulsión del balcánico ante Las Palmas asumió de nuevo galones.

Firmó un final de año espectacular, ayudando enormemente al Mallorca a conseguir los 30 puntos de la primera vuelta marcando al Valencia y anotando los goles de la victoria ante el Girona y el Getafe. 2024 acabó con la sensación de que el mejor Larin había regresado, de que el jugador que se fichó al Valladolid ya era una realidad un año y medio después.

Pero en 2025 todo cambió. El equipo empezó con el pie girado tras caer 3-0 contra el Pontevedra en la Copa del Rey. El preparador de Berriatua confió el gol en los siguientes cuatro choques a la dupla Larin-Muriqi, pero no funcionó porque no marcaron en ningún partido. Después de un mes de enero desastroso, Arrasate cambió de sistema de juego y solo puso al kosovar buscando el gol, a pesar de llevar dos tantos menos (3 a 5).

La apuesta le salió bien y es que ante Osasuna y Las Palmas en casa sumaron cuatro puntos y el delantero balcánico marcó tres de los cuatro tantos del equipo. Desde entonces, el canadiense dejó de contar y desapareció. Su última oportunidad como titular fue ante el Atlético en el Metropolitano el 1 de febrero, pero a partir de allí siempre fue suplente y nunca superó los veinte minutos en el terreno de juego.

La lesión de Muriqi ha cambiado el panorama y Larin tiene que volver a coger protagonismo en una situación complicada. Su temporada puede arreglarse si recupera el mismo nivel que mostró en el primer acto del curso. Ahora Arrasate debe devolverle al camino del trabajo y del gol porque si el Mallorca quiere aspirar a algo más que una permanencia tranquila necesita de su mejor versión.

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