Fútbol

La opinión de Gabriel Forteza del Mallorca-Espanyol: Victoria casi ni de penalti

Momento en el que Joan García detiene el penalti a Muriqi

Momento en el que Joan García detiene el penalti a Muriqi / EFE

Palma

La relación del Mallorca con el gol es tan limitada que para ganar por 2 a 1 necesita de tres penaltis para anotar uno de ellos. Y todo después de marcarse en propia portería el gol del rival.

Así se escribe, en muy resumidas cuentas, la victoria ante el Espanyol para alcanzar los 40 puntos y con ellos casi la permanencia.

Se vio a un Mallorca valiente, atrevido y en busca de la portería contraria, pero lo dicho sobre la puntería empieza a ser más que preocupante. Asano, Dani, Muriqi, lo intentan de mil maneras, pero solo de penalti (uno de tres) acabó entrando el balón.

Mención especial para Muriqi que, después de marcarse en propia puerta, fallar un penalti, entregar otro a un compañero (Abdón) que también lo falla, y atreverse con el tercero que era ganar o enterrarse en vida, acabó marcando, pidiendo perdón ante de celebrarlo con una afición que el minuto 101 ya estaba desorientada.

Lo de Abdón: semana de reivindicarse apuntando que no le gusta su rol, que ha pensado en marcharse y se encuentra provocando un penaltito que luego falla y se redime a través del kosovar que en la repetición lo marca.

Cuántas cosas ofreció ayer el partido en Son Moix contra un Espanyol que se va de uñas con el arbitraje, y yo lo entiendo, porque ¿se imaginan que esto le pasa al Mallorca en cualquiera de sus visitas fuera? No sé lo que estaríamos diciendo. El fútbol es así, que decía aquel.

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