Conjura para ganar a Las Palmas

Ganar a Las Palmas. Ningún otro pensamiento es más grande esta semana en Son Bibiloni entre los jugadores del Real Mallorca. El doloroso empate encajado frente a Osasuna (1-1) cuando ya acariciaban el primer triunfo de 2025 no ha hecho más que aumentar las ganas de los de Jagoba Arrasate de cerrar con una victoria necesaria el capítulo de pesadilla en el que llevan inmersos este año y del que están convirtiendo en misión imposible escapar de él.

El sentir del grupo tras dejar escapar dos puntos en el tiempo de descuento era de decepción y tristeza, pero también de rabia y ganas de volver a intentarlo. Los bermellones son plenamente conscientes de que su inicio de año dista mucho de la primera mitad de la temporada. Peor fútbol, físico bajo, rendimiento horrible en ataque y mucho más endebles en defensa.

Pero también de que tanto ante Betis como Osasuna hicieron mayores merecimientos y que poco a poco la mejor versión estaba cerca de volver a salir a la superficie. Al menos, la maldición de cara a portería se truncó con el tanto de Muriqi desde los once metros. Una liberación que se vio reflejada en los jugadores, ya que cada uno a su manera lo celebró como si valiese un título.

Ante los de Manuel Pellegrini, la primera mitad, en otro tiempo no muy lejano, habría servido para dejar prácticamente sentenciado el choque, pero la falta de acierto, unido a la poca contundencia en el tiempo de descuento, les dejó con un tanto encajado en la última jugada y una nueva derrota (0-1).

Tras caer ante el Atlético de Madrid (2-0) en el Metropolitano, la plantilla tenía marcados en rojo los dos duelos seguidos en Son Moix frente a los de Vicente Moreno y Las Palmas. Jugar en casa ante dos equipos de tu Liga y de manera consecutiva era el mejor aliciente para cerrar de un portazo un enero para olvidar y volver a la senda de la victoria, volviéndose a sumar a la carrera por Europa. Fallada la primera ocasión frente al conjunto navarro, no quieren que la historia se repita frente a los grancanarios.

«Teníamos muchas ganas de ganar y es una pena que no se haya conseguido», reconoció Dani Rodríguez tras el choque. «Hay que intentar hacer bueno este punto y no quedarnos con el mal sabor de boca», apuntó por su parte Robert Navarro, que parece estar poco a poco ganando el protagonismo que tuvo a principio de temporada y que perdió en los últimos meses.

Los futbolistas, cuya primera vuelta les permite seguir viviendo tranquilos, están atravesando un bache enorme de resultados y de juego, aunque por momentos están recuperando la esencia a la que siempre hace referencia Arrasate en las ruedas de prensa. Consideran que un triunfo este domingo en casa romperá el bloqueo mental y el miedo que tienen a seguir cayendo en la tabla, como se vio ante Osasuna en los últimos minutos cuando el equipo se echó atrás por temor a encajar —que fue lo que finalmente ocurrió—.

La plantilla se está conjurando esta semana en Son Bibiloni para ir con todo ante Las Palmas. La clasificación se ha apretado en la parte media de la tabla, repleta de aspirantes a ocupar plazas europeas a final de curso, mientras que el descenso se encuentra lejos todavía —nueve puntos—, aunque los equipos de la zona baja están empezando a espabilar en una tendencia que irá a más cuando las urgencias clasificatorias y la falta de jornadas para llegar a los puntos necesarios para la permanencia se hagan mayores.

Precisamente, el conjunto amarillo —23 unidades— es uno de los que se encuentra peleando por escapar, por lo que una victoria serviría para acabar con todos los males y poner rumbo a la permanencia matemática.

Suscríbete para seguir leyendo