Fútbol. Primera División.

El Real Mallorca llega tarde ante el Atlético de Madrid

Los de Arrasate caen en el Metropolitano gracias a un gol de Lino y otro de Griezmann y siguen sin puntuar en 2025

Los bermellones, demasiado prudentes en la primera parte, mejoraron en la segunda, pero no les bastó y siguen sumidos en una crisis de resultados

Dani Darder se lamentan de una ocasiuón fallada ante el Atlético de Madrid

Dani Darder se lamentan de una ocasiuón fallada ante el Atlético de Madrid / RCDM

Miguel Chacártegui

Miguel Chacártegui

El Real Mallorca llegó tarde ante el Atlético de Madrid (2-0) y lo pagó con una nueva derrota, la quinta en cinco encuentros en 2025, para seguir anclado en los 30 puntos. Los bermellones, que desperdiciaron la primera mitad, mejoraron en la segunda, aunque la falta de gol y creación sigue siendo evidente y no les bastó. El gol del Lino, tras una pérdida de Muriqi, fue suficiente para los de Simeone, a los que el partido se les hizo muy largo, aunque sentenciaron con el tanto de Griezmann en el tiempo de descuento.

Fue un choque complicado que arrancó como en las viejas ocasiones. Ya lo dejó caer Arrasate tras la goleada frente al Villarreal y lo cumplió ante el Atlético. Defensa de cinco en campos difíciles. Pero el plan en la primera mitad duró lo que tardaron en marcar los de Simeone, a los que les bastó con quitar el freno de mano para desarbolar a los de Arrasate.

Y eso que el inicio no estuvo mal. El balón circulaba con fluidez y la posesión estaba repartida. Pero también había un Atlético enfrente que arrancó con las revoluciones bajas. Un poco a verlas venir y sin sufrir nada ante un inocente Mallorca que se aturulla con el balón en los pies y que es incapaz de gestionar una jugada en ataque con fluidez.

Al paso por el minuto diez, Simeone pegó un grito a sus jugadores y empezaron a correr y presionar más. El Mallorca, excesivamente timorato, replegó a su propia área y se dedicó a achicar. Y ante un equipo con el potencial de los rojiblancos es mala táctica.

En el 19, un pase en profundidad de Julián Álvarez a Sorloth acabó en un tremendo disparo del noruego, pero respondió bien Greif. Los colchoneros, mucho más cómodos, empezaron a encontrar huecos en un sistema que se resquebrajaba poco a poco y en el que solo era cuestión de tiempo que encontraran su premio.

Y llegó en el minuto 25. Una pérdida de balón inocente de Muriqi ante Le Normand cogió al equipo desplegándose, con los dos laterales fuera de su sitio. Y allí el Atlético hizo daño. En apenas dos pases el balón llegó a Lino, solo y sin Morey en su posición. Valjent no llegó a tapar al extremo y su tiro cruzado, raso, lo siguió con la mirada Greif.

El gesto de Muriqi, tapándose la cara con la camiseta, habló por sí solo. El plan de partido ya no servía, aunque nada varió en el resto de la primera parte. La pelota duraba menos de cinco segundos en pies del Mallorca al cruzar la divisoria y, si tenían suerte de tener algo de espacio, no sabían como siquiera inquietar a Jan Oblak, que tocó la friolera de cero balones con las manos.

Ni Samu, ni Darder ni Dani conseguían hilar una jugada en ataque con sentido, pero es que tampoco Muriqi y Larin se lo ponían sencillo. Los dos atacantes siguen sin entenderse y la química entre ellos parece inexistente. Prácticamente, cada pelota que les llegaba a sus pies acaba en pérdida y a´si es muy complicado.

El Atlético pudo ampliar más su ventaja tras un remate a bocajarro de Giuliano Simeone, pero Greif tiró de reflejos para sacarse el balón de encima. Los primeros 45 minutos se consumieron con el Mallorca parapetado en su área, más pendiente de no encajar que de intentar empatar.

El arranque del segundo periodo siguió en la misma tónica. Arrasate no tocó ninguna pieza y el Atlético siguió rondando el área de Greif, aunque aflojó la presión y los bermellones empezaron a tener un poco más el balón, pero sin llegar a generar peligro.

La solución del de Berriatua fue meter en el campo a Asano y Robert Navarro, buscando un poco más de verticalidad, dejando a Dani como carrilero en una nueva posición para él. Y de una acción del japonés llegó la mejor ocasión de los bermellones hasta el momento. Provocó una falta que Darder envió al larguero tras rozarla Oblak. Una jugada que hizo click en sus cabezas y que les convenció de poder intentarlo.

Y de nuevo una asociación entre los dos recién entrados acabó con un pase del catalán atrás para Dani, cuyo remate lo sacó Reinildo cuando ya se dirigía a puerta. Los bermellones se lo empezaban a creer y metían el miedo al Atlético.

El partido podía estar en cualquier jugada. Y Arrasate tiró de Son Bibiloni metiendo a Abdón Prats y Jan Salas, en el que era su debut en Primera, al que tardaron poco en bautizar con una fea entrada de Gallagher que tuvo que significar la roja, con la bota a la altura de la rodilla del canterano. Aunque el VAR esta vez decidió echarse la siesta, algo que no ocurre cuando los bermellones son los perjudicados.

Riquelme, de falta al larguero, a punto estuvo de finiquitar el choque. Y en el descuento, con el Mallorca volcado, una delicatessen de Griezmann tras una pérdida en el centro del campo dejó el partido visto para sentencia.

El Mallorca sigue sin ganar y sin marcar, aunque debe amarrarse a su segunda mitad en el Metropolitano para intentar salir de un agujero que cada vez se hace más grande.  

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