Fútbol Primera División.

¿Qué le pasa a Muriqi?

El delantero kosovar atraviesa su peor momento de forma desde su llegada al club y ya no es un imprescindible en el once

El ‘7’ del Mallorca tan solo ha marcado tres goles esta temporada

Muriqi se marcha del campo tras ver la roja ante el Girona.

Muriqi se marcha del campo tras ver la roja ante el Girona. / LFP

Miguel Chacártegui

Miguel Chacártegui

Vedat Muriqi no está pasando un buen momento. Al delantero del Real Mallorca, imprescindible desde su llegada al club, se le ha apagado la chispa esta temporada y el equipo lo está acusando. Con solo tres goles, el kosovar está muy lejos de las cifras de su primera campaña completa y ya ha empezado a ver algún que otro partido desde el banquillo en detrimento de Cyle Larin, revelando que ya no es un intocable en el once para Jagoba Arrasate

A decir verdad, su mal momento no viene de ahora, sino prácticamente de un año atrás hasta la fecha. Y todo a raíz de una grave lesión muscular que sufrió con Kosovo. Fue en noviembre de 2023, quedándose en el dique seco un par de meses cuando acumulaba cuatro goles en apenas ocho jornadas –el curso anterior había anotado 15–. Tras ello, solo marcó tres goles desde enero, lo que unido a los tres de este curso hacen un total de 6 goles en solo un año. Una cifra irrisoria en cuanto a los minutos disputados y la importancia de su figura en el once. 

Y es que Muriqi no parece el mismo sobre el campo. Al atacante bermellón se le ve lento de cuerpo y de ideas. Su dominio por alto ya no es tal –los rivales parecen haberle cogido el truco a la manera de cuerpear con él en los balones por alto– y con los pies está tardando un segundo más de lo necesario, lo que conlleva más perdidas de pelota de las habituales. 

Capítulo aparte merece su ‘mala’ suerte con las tarjetas rojas. Dos ha visto este curso y a cada cual menos común. La primera de ellas fue ante Las Palmas en una acción nunca antes rearbitrada por el VAR. El delantero le dedicó una peineta a Jaime Mata tras celebrarle este una acción en su cara. La siguiente fue ante el Girona, tras impactar con su bota en la espinilla de Bryan Gil en su intento de proteger el balón. 

Además, con el gol siéndole esquivo, su confianza también ha disminuido. Son pocas las ocasiones en las que ha podido encarar a portería o probar el disparo, pero en las últimas semanas ha escogido la opción de buscar a un compañero o iniciar jugada, algo impropio de un delantero cerca del área. 

Con Javier Aguirre el delantero era fundamental en el juego del equipo. Era el faro arriba que buscar a la hora de sacar el balón desde atrás. Ahora, con Jagoba Arrasate, que apuesta por intentar jugar el balón con mayor claridad, su relevancia ya no es tal, destacando más en este aspecto Cyle Larin –aunque no por mucho– por su mayor movilidad. De hecho, en el pasado encuentro ante el Betis, Arrasate ya indicó que Muriqi no fue titular debido «a una cuestión técnica». 

Hacer pareja con el canadiense es algo que no ha acabado de funcionar, ni con Aguirre ni con el de Berriatua. Ambos no acaban de acoplarse bien y, a pesar de los numerosos intentos, siguen sin ofrecer una buena versión al coincidir sobre el terreno de juego. Muriqi, una de las grandes estrellas de este Mallorca, está obligado a elevar al nivel para volver a sonreír sobre el campo.

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