Fútbol

7 minutos y 26 segundos de vergüenza del Mallorca en La Cerámica

Un esperpéntico conjunto bermellón encajó cuatro goles en menos de un suspiro ante el Villarreal, el segundo peor registro de la historia de la Liga después de que el Valencia se los marcara al Málaga en Mestalla en 2013

Sergi Darder se lamenta del primer gol anotado por Logan Costa.

Sergi Darder se lamenta del primer gol anotado por Logan Costa. / Efe

Sebastià Adrover

Sebastià Adrover

Fueron los 7 minutos y 26 segundos más lamentables del Mallorca en Primera División, o al menos lo pareció. Un esperpento de principio a fin imperdonable y muy difícil de entender, por mucho que el rival, un Villarreal diseñado para luchar por entrar en la Champions, tenga tanta calidad. Lo que sucedió en ese tiempo ya forma parte de uno de los capítulos feos que ha vivido el club en sus casi 109 años de historia.

La idílica situación en la clasificación, con treinta puntos, resta dramatismo a las consecuencias de lo sucedido, pero una debacle de este calibre es de las que escuece.

Desde el gol de Logan Costa, en el 20, al de Yeremi Pino, en el 27, solo hay errores, faltas de concentración, nula tensión y pasividad que facilitaron la fiesta de los castellonenses. De hecho, según informó la Cadena Cope, un equipo de Primera División no encajaba cuatro goles en tan poco tiempo desde que el Valencia se los marcara al Málaga en 5 minutos y 55 segundos en un duelo disputado en 2013.

El Mallorca ya no transmitía buenas vibraciones en el arranque del encuentro de La Cerámica, pero nada hacía pensar que llegara un bajón de esas dimensiones. Los amarillos llegaban con cierta facilidad al área de los bermellones, que eran incapaces de dar tres pases seguidos.

Hasta que un saque de esquina lanzado por Parejo fue cabeceado a placer por Logan Costa, que se aprovechó de la nefasta salida de Greif y del fallo de marcaje de Raíllo. El golpe fue duro, pero es que sin darse cuenta ya había encajado el 2-0. Poco después de reanudarse, Baena batió al meta eslovaco llegando desde atrás en una acción muy similar a la del 3-0, en este caso obra de Parejo, después de haber creado el peligro desde la banda. El gol más vistoso fue el último, con una gran volea de Yeremi Pino tras un servicio de Cardona desde la izquierda. Greif no se lo podía creer, pero es que el mallorquinismo tampoco. Con el 4-0, el resto del encuentro sobró.

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