Fútbol. Primera División
Bochorno histórico del Real Mallorca ante el Villarreal
Los de Marcelino destrozan a los de Arrasate con cuatro goles en siete minutos y 26 segundos en uno de los peores partidos de los últimos años
Los bermellones atraviesan su momento más bajo del curso con diez goles en contra en tres partidos y ninguno a favor

Los jugadores del Mallorca, abatidos tras uno de los goles del Villarreal. / EFE
Vergüenza, bochorno, debacle, aberración… El esperpento de partido que protagonizó el Real Mallorca en su visita a Villarreal (4-0) admite cualquiera de estos calificativos. Y se le queda corto. Los de Jagoba Arrasate, que arruinaron el lunes y la semana a muchos mallorquinistas, nunca se presentaron en La Cerámica en el duelo por Europa, que quedó en supuesto, y en el que demostraron que el cambio de año les ha sentado de la peor manera posible en el que ya es su peor momento de la temporada. Un partido al que le sobraron 62 minutos tras terminarse por la vía rápida en el 28 de la primera parte.
Siete minutos y 26 segundos. Ese es el corto lapso de tiempo en el que los locales despedazaron a los bermellones con cuatro goles que sacaron a relucir la peor versión de los once que se vistieron de corto. Empezando por Greif, que falló en el primer tanto, y seguido por una desorganización sin precedentes recientes en el resto del campo, el centro del campo y la defensa (mención especial para Maffeo y Mojica, superados de principio a fin) fueron unos benjamines para un Villarreal que se divirtió de lo lindo, aunque tuvo la decencia de quitar el pie del acelerador para no agrandar la herida.
Los de Marcelino tuvieron delante a un equipo empanado desde el silbido inicial, que se plantó en La Cerámica igual que en Pasarón frente al Pontevedra, viéndolas venir y sin mostrar la más mínima capacidad de reacción al mínimo golpe encajado. El once, el mismo que en la semifinal de la Supercopa ante el Real Madrid con el único cambio obligado de Morlanes por Samu, pero idéntico rendimiento.
El 2025 está siendo una pesadilla para los bermellones, que acudieron al choque cerraba la jornada 20 motivados por las derrotas de los perseguidores europeos y con la intención de presentar su candidatura europea. Pero visto lo visto, mejor seguir mirando a la parte baja y esperar a conseguir los puntos necesarios para la permanencia.
Los de Marcelino, desde un inicio, mostraron hambre de triunfo. Y el Mallorca las pasó canutas en todo momento para intentar sacar el balón jugado. En menos de cinco minutos ya se veía que era cuestión de tiempo que llegase el primero. Pape Gueye casi lo consiguió con un balón que hizo un extraño en el minuto 11.
Pero la pesadilla, que llevó a muchos a apagar el televisor, arrancó en el minuto 20. Un córner ejecutado por Parejo llegó a la cabeza de Logan Costa, que ante la mala salida de Greif y la complacencia de Raíllo, marcó el primero de cabeza (dos goles lleva en Liga y ambos al Mallorca). Encajar podía estar dentro de los planes, peor lo que siguió a ello no.
Tan solo tres minutos después, Baena remató a placer en el área pequeña un pase de Cardona desde la banda. 2-0. Mientras en el banquillo miraban la repetición, llegó el tercero. En esta ocasión, Parejo recogió un balón dentro del área para hundir más al equipo. Pero el funeral se completó dos minutos más tarde cuando Yeremy Pino, solo en el segundo palo, logró el cuarto.
Partido tirado a la basura, miradas perdidas en el campo y en el banquillo y la sensación de que hay mucho trabajo por hacer para recuperar a una plantilla que se ha caído de pleno tras las Navidades. El marcador pudo ampliarse más, pero Greif en esta ocasión sí que estuvo acertado.
La vuelta de los vestuarios tras una de las peores primera parte de la historia dejó cuatro cambios y otros tantos señalados. Dani, Darder, Samu y Maffeo fuera, entrando Morey, Navarro, Antonio y Copete. Con la entrada del defensor de Écija, el Mallorca pasó a cinco defensas. Una medida de intentar frenar la sangría y no abrir una herida que ya tenía proporciones bíblicas.
La segunda parte era un marrón que nadie quería disputar y de la que no podía salir nada bueno. Cuarenta y cinco minutos de tortura, ya que pensar en un mínimo intento de remontada era perder el tiempo. Hacerlo peor era imposible, así que cualquier mínima acción correcta ya era un logro. Como el cabezazo de Muriqi que salió fregando el palo tras una asistencia de Raíllo.
El resto del partido fue una penitencia en la que el reloj no avanzaba lo suficientemente rápido como para terminar cuanto antes el choque y empezar a olvidarlo lo antes posible. Todo se embruteció tras una agresión de Baena a Valjent, que le dejó conmocionado, y que hizo enloquecer a un furioso Arrasate al no ser revisado por el VAR en una acción muy clara.
El Mallorca, que tiene un grave problema entre manos, tiene pocos días para gestionar lo vivido en Villarreal, ya que el Betis espera a la vuelta de la esquina este sábado en Son Moix. Y lo hará sin el de Berriatua en el banquillo, ya que vio la quinta amarilla y deberá cumplir sanción.
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