Fútbol

Louzán calla por dinero el acoso a las mujeres en Arabia Saudí

El presidente de la Federación Española de Fútbol silencia radicalmente las escenas de abuso a mallorquinistas para no entorpecer las negociaciones de renovación del contrato de la Supercopa hasta 2034

Rafael Louzán, en el centro, junto a Florentino Pérez, Joan Laporta y las autoridades saudíes en Yeda.

Rafael Louzán, en el centro, junto a Florentino Pérez, Joan Laporta y las autoridades saudíes en Yeda. / RFEF

Sebastià Adrover

Sebastià Adrover

Es difícil de entender, o quizá no tanto, pero tiene una explicación. Hace cinco días que las mujeres y familiares de los jugadores del Mallorca, además de sus aficionados, sufrieron acoso por parte de los hinchas locales a su salida del estadio King Abdullah de Yeda. Ni la Real Federación Español de Fútbol (RFEF), ni su presidente, Rafael Louzán, han condenado públicamente los gravísimos hechos que sucedieron tras la semifinal de la Supercopa de España que ganó el Real Madrid a los bermellones (3-0).

Han tenido ocasiones de sobra para hacerlo, pero se han mostrado insensibles a los testimonios de las parejas de Dani Rodríguez, Dominik Greif, Manu Morlanes o Antonio Sánchez, de las madres de Abdón Prats y Copete o del padre de Sergi Darder. Todos ellos, con sus matices, hablaban de los tocamientos de índole sexual, burlas y faltas de respeto que padeció el centenar de personas que acudieron a animar a los de Jagoba Arrasate. «Llegamos a sentir miedo, eran como animales irracionales», han destacado al referirse sobre cómo vivieron el trayecto a pie, de unos cientos de metros, desde las gradas hasta los autocares sin que nadie les protegiera de unos trescientos saudíes fuera de sí. No es que fallara el dispositivo de seguridad, es que sencillamente no existía, ni había estado previsto en ningún momento.

La RFEF, como organizadora de la competición, junto a la propia seguridad del estadio, podría aducir que no se esperaba que ocurrieran estos hechos tan desagradables e incluso podrían buscar una disculpa por un error tan grosero. No cambiaría los hechos, pero al menos se entendería como un ejercicio de autocrítica, pero es que ni eso.  

El menosprecio, clamoroso a todas luces, se evidencia en el hecho de que Louzán no solo apuesta por el mutismo sobre este controvertido asunto, sino por proclamar a los cuatro vientos su amor por Arabia Saudí. «Queremos agradecer el cariño que hemos recibido en Yeda», se ha atrevido a decir varias veces durante el fin de semana. Unas palabras que chirrían después de escuchar lo desvelado por los mallorquinistas que se desplazaron a cuatro mil kilómetros de la isla. 

Sin argumentos para justificar el mutismo

En el acto destinado a promocionar la final entre los blancos y el Barcelona obvió lo padecido por los ‘barralets’, algo que podría justificarse porque no era el foro adecuado al estar rodeado de la sociedad civil, política y hasta religiosa de la ciudad. No obstante, el argumento cae por su propio peso cuando, en el descanso de la final, tampoco lo menciona en su intervención con Movistar. Es cierto que la periodista Mónica Marchante sorprendentemente no se lo preguntó, pero tuvo varias ocasiones de mostrar su apoyo a las mujeres mallorquinistas cuando desveló, por ejemplo, que aspiran a organizar una Supercopa femenina en Arabia Saudí. Pero tampoco lo hizo. 

El motivo es claro: Louzán está negociando con los dirigentes del país de Oriente Medio un monstruoso contrato, mucho más elevado que los cuarenta millones de euros que percibe la Federación actualmente cada año, para que la vinculación llegue hasta 2034 y no 2029, como hasta ahora. Por eso no quiere molestar ni alzar la voz de más para no enturbiar las conversaciones que todo apunta a que llegarán a buen puerto, aunque eso le cueste dañar su imagen. «Sí, en eso estamos trabajando. Nos vamos muy contentos con la empatía que hemos tenido con el gobierno y las autoridades», resaltó satisfecho.

Ni en las redes sociales

La Federación Española también evitó mostrar su apoyo a los mallorquinistas a través de las redes sociales y ni un solo mensaje, del centenar que se publicaron desde la noche del jueves, fue referido a este tema tan delicado. 

Lo único que se conoce hasta hoy por parte del organismo ha salido de la boca del Mallorca. «Hablé de madrugada con Louzán y lo denunciamos para que tomara las medidas oportunas. La Federación, desde el principio que hablamos, nos dijo que va a tomar medidas urgentes para solucionarlo. Piden disculpas ante la situación que se produjo. Son sensibles y lo han entendido. No puede volver a ocurrir», dijo afectado Alfonso Díaz, CEO de Negocio, justo antes de volver a Palma el viernes.

El problema es que sus declaraciones han envejecido mal y, visto lo visto, evidencian que Louzán se lo dijo para consolarle. El club, por iniciativa propia, pidió a los hinchas que les enviaran pruebas gráficas para tratar de identificar a los agresores. Es un material, unido a un informe detallado con las declaraciones de las víctimas, que se mandará desde Son Moix a Las Rozas con la esperanza de que sirva para algo, aunque sea difícil de creer. Lo que es seguro es que el mallorquinismo no ha pintado nada.

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