Opinión

La opinión de Monti Galmés: 300

No creo que la Federación Española vaya a tomar grandes medidas ni le interesa hacerlo, hay mucha pasta en juego

Los aficionados del Mallorca animan al equipo durante la semifinal del jueves en el King Abdullah de Yeda.

Los aficionados del Mallorca animan al equipo durante la semifinal del jueves en el King Abdullah de Yeda. / RCD Mallorca

Monti Galmés

Monti Galmés

En toda empresa la parte social debería de tener tanta importancia como la cuenta de resultados. Soy de la opinión que lo segundo es difícil de conseguir sin lo primero. El RCD Mallorca SAD lo sabe y lo aplica, siendo el último ejemplo el de la organización del viaje a Jeddah/Yeda, Arabia Saudi para acompañar al equipo. La expedición estaba capitaneada por el presidente Andy Kohlberg, el CFO/CCO Alfonso Diaz, y Pablo Ortells, director deportivo. El Boeing 787 Dreamliner de Air Europa con 320 plazas nos trasladó cómodamente al destino y de nuevo a casa.

Yeda es una ciudad sita en la costa del Mar Rojo, es considerada un centro comercial importante, con sus 2,7 mill de habitantes. Su orografía es monótona, tierras llanas, desérticas y las playas no son importantes, pues los árabes no suelen ir a tomar el sol, más bien lo evitan. El dinero que produce el petróleo hace que muchas zonas de la ciudad y en especial la parte hotelera se parezcan a los grandes centros turísticos americanos, con sus establecimientos de lujo, Hilton, Marriott, Hyatt, Waldorf Astoria. El paseo marítimo es extraordinario, zonas verdes, paseos para peatones y bicis, juegos infantiles, esculturas, cocoteros y palmeras. Es la imagen que Arabia Saudí quiere dar al mundo, especialmente por ser la sede del mundial de futbol de 2034.

Los árabes nos tocaron y nos filmaron como si fuéramos monos en un zoológico

Por las tardes, a la puesta del sol, miles de saudís se acomodan sobre alfombras en los laterales del inmenso paseo marítimo, protegido del mar por una baranda y las mujeres todas vestidas de negro, preparan comidas, cafés, tes y dulces para sus grupos familiares. De tanto en cuanto resalta la figura de un hombre, pues ellos van de blanco, y no se sientan en el suelo, lo hacen en sillas portátiles, que a su vez no son ellos los que las transportan, son ellas las que se ocupan de estos menesteres.

Si bien es cierto que algunas pocas mujeres van con la cara descubierta, son la mayoría las que llevan el velo o niqab que las cubre la cabeza enteramente y la cara, dejando ver solo los negros ojos a través de una apertura rectangular de 2 a 3 centímetros de alta por unos 15 de larga.

Estuve con unos amigos almorzando en un restaurante en Al Balad, distrito histórico de Yeda, patrimonio de la UNESCO, construido a partir del siglo VII, con piedras coriláceas, actualmente en restauración, con edificios que tienen tanta o más inclinación que la torre de Pisa y que dan la sensación de que se te podrían caer encima. Este local tenía ganada fama, y lo demostraba el hecho de que en la entrada había una foto de Rafa Nadal con el supuesto dueño. Mesas apretadas, cubiertas con manteles de plástico trasparente. Las especialidades eran pescados y mariscos, los cuáles tenías que primero escoger, luego pagar y después esperar turno en la calle hasta que quedara una mesa libre. Solicitamos cubiertos y nos los trajeron. También eran de plástico. Para beber latas de refrescos, pues como dicta la ley en este país, el alcohol está totalmente prohibido, bajo pena de cárcel. Da asco ver a los vecinos de mesa comiendo con las manos o con guantes de goma. Cuando hay niños es fácil imaginar la porquería que queda por el suelo o esparcida por las mesas. Al finalizar, la recogida es sencilla, cogen el mantel por los extremos y hacen un nudo con todos los restos de comidas y bebidas en el interior y a la basura.

Al salir solicité poder ir al retrete, pero el local no tenía este servicio, y me mandaron a unos baños públicos, saliendo a la derecha, me dijeron en inglés, unas callejuelas más abajo. Otra aventura. Me fijé en que no había perros, aunque sí multitud de gatos, delgados, somnolientos, hambrientos. El gato es limpio y mata a las ratas, el perro ladra, es sucio y muerde.

El día del partido, el del Real Mallorca vs Real Madrid, salimos desde el hotel 3 horas antes y regresamos 2 horas y media después. Seriamos unos 300, como Leónidas y los Atenienses contra el ejército persa de Xerxes. Yeda tiene mucho tráfico y se conduce en base a normas practicadas a diario. Se trata de meter la nariz del vehículo antes que los otros y aguantar la posición. En las rotondas, hay que tener aún más coraje, si no lo tienes no llegas al destino.

El estadio de Al Jawhara/ King Abdullah tiene capacidad para 62 mil espectadores y por las noches al estar iluminado con colores rojizos y lilas se puede ver desde lejos. Parecía que era el estadio del Mallorca, pues si se proyectaran las luces blancas del Real Madrid en el edificio, este quedaría soso. Llegamos con el autocar a duras penas a una zona situada a unos 400 metros del estadio. Mucha gente dirigiendo a la multitud, pero de una manera caótica. El grupo rojillo del Mallorca destacaba entre los miles de árabes vestidos de blanco, que es su color tradicional y a su vez acorde con el color de la equipación del Real. Caminando instintivamente y siguiendo la señalética llegamos a nuestros asientos, sitos en el otro extremo del estadio. Vimos el partido. Nuestro Mallorca dio la cara, pero perdió. Tenía que ser así. Imagino lo que hubiera significado una victoria del RCDM para la final. Y más aún me asusta pensar lo que nos hubiera pasado después al tener que salir del estadio sin protección alguna, mezclados entre las masas de árabes agresivos, insultando al grupo, no pudiéndose burlar de nosotros. Fueron casi mil metros que recorrimos entre masas de árabes ofensivos, sin cultura deportiva, filmándonos de cerca, intentando quitarnos las bufandas, tocándonos como si fuéramos monos en un zoológico. Las mujeres y niños que nos acompañaban fueron las que peor lo pasaron. Sobre este tema ya se ha escrito en prensa detalladamente.

Lo cierto es que para visitar estos países conviene tomarse en serio las recomendaciones de conducta y vestuario, pues allí los hombres no están acostumbrados a ver caras bonitas ni pelos al viento, no saben controlarse, y menos mal que no pueden beber alcohol.

Todo quedará en el anecdotario de la historia futbolística local, no hubo heridos físicos

No creo que la RFEF vaya a tomar grandes medidas ni le interesa hacerlo, hay mucha pasta en juego. Todo quedará en el anecdotario de la historia futbolística local. No hubo heridos físicos. No constan documentos gráficos. Lo que interesa es el próximo partido.

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