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Un papelón del Mallorca en el peor momento

La grosera derrota del Mallorca ante el Pontevedra, que significó el adiós a la Copa del Rey, señala a varios jugadores por sus errores graves justo antes de afrontar la Supercopa en Arabia

eo Román sacando el balón de la portería después de recibir un gol del Pontevedra.

eo Román sacando el balón de la portería después de recibir un gol del Pontevedra. / Rafa Vázquez

La afición del Mallorca tenía mucha ilusión en la Copa del Rey. Tanta, que hasta hubo quienes viajaron a Galicia para disfrutar el camino desde el principio. Pero se llevaron un jarro de agua fría de la forma más insospechada. El equipo bermellón perdió por 3–0 contra el Pontevedra, equipo de la cuarta categoría del fútbol español, en un encuentro en el que no se salvó casi nadie, a excepción del portero Leo Román, que hizo algunas paradas de mérito.

Fallos individuales, errores en el planteamiento y la incapacidad de sobreponerse al primer gol del rival son algunas de las razones que sostienen esta derrota tan dura justo en el peor momento, en una competición que ilusiona tanto como el torneo del KO y justo antes de viajar a Arabia Saudí para disputar la Supercopa de España

Arrasate alineó un once donde repetían cuatro jugadores de la última victoria contra el Getafe y entraron de inicio siete futbolistas que habían jugado bien cuando habían tenido minutos en Liga. Por nombre, les debió dar para ganar a los titulares del equipo gallego. Íñigo Pérez con el Rayo hizo lo mismo: metió a siete jugadores que no fueron de la partida inicial en su último encuentro de Liga contra el Betis y eliminó con solvencia al Racing de Ferrol.

El primer gol deja señalados a dos futbolistas: Valery y Lato. El extremo dio un mal pase al lateral valenciano, este lo hace peor, y le regala un balón a Dalisson. Luego el brasileño marcó un golazo para poner el 1–0. El equipo bermellón tuvo una ocasión de Abdón clarísima, pero erró en la definición. Ese fue prácticamente todo el peligro que llevó a la meta rival durante los noventa minutos. Algo impropio del sexto clasificado de la Primera División, que se vio superado por completo.

El Pontevedra jugó a placer. Se gustaba y anotó por partida doble ante un Mallorca incapaz de apretar la portería rival. Ni Robert Navarro, ni Valery, ni Asano fueron capaces de crear situaciones claras de gol. Mascarell y Antonio no aportaron salida de balón ni tranquilidad a la hora de pausar el ritmo de juego. Y mucho menos Darder cuando entró, ya que su aparición desequilibró a la formación bermellona, demostrándose de una forma clara en el tanto de Pino a los pocos minutos de empezar la segunda parte.

El gol de la tranquilidad para el Pontevedra llegó con el peor error de todos: un fallo garrafal de Copete al querer ceder el esférico a Leo Román del que se aprovechó a las mil maravillas Rufo.

Ni las tardías salidas al terreno de juego de Muriqi, Dani, Larin y Chiquinho fueron capaces de agitar un encuentro que fue visto para sentencia a falta de veinte minutos para acabar. Además de la comparecencia de Arrasate, donde afirmó que es una derrota que se explica desde lo «futbolístico», Valjent, que ejerció de capitán, dio la cara y argumentó lo sucedido a los medios de comunicación. «Somos capaces de hacer las cosas muy bien y si dejas de hacer detalles, que igual no se ven a primera vista, como los duelos, las segundas jugadas, o la comunicación entre nosotros, podemos dar una imagen que no queremos», aseguró.

En redes sociales, Antonio Sánchez mostró mucha autocrítica de puertas para adentro. «El escudo y la afición merecen mucho más. Lo único que podemos hacer es pedir perdón y comprometernos a dejárnoslo todo de aquí a final de temporada», escribió.

Copete, otro de los señalados, hizo lo propio. «No existe ninguna justificación. Solo queda pediros disculpas, aprender de este duro golpe y trabajar el doble para estar a la altura de la camiseta que defendemos», explicó.

Este ridículo debería suponer un punto de inflexión para la plantilla, que tiene la obligación de mostrar una imagen totalmente diferente el jueves contra el Real Madrid en la Supercopa. La afición necesita una respuesta rápida de sus futbolistas, que dieron la peor imagen de la temporada. Lo único positivo es que en cuatro días pueden cambiarla. n

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