Fútbol. Primera División

La dura vida del Mallorca tras el adiós de Kang In Lee y Galarreta

Una temporada de ensueño dejó al Mallorca noveno. Ahora, sin dos de sus estrellas y con fichajes millonarios, intenta recomponerse y conseguir estabilizarse en Primera División

Sergi Darder y Cyle Larin, los dos fichajes estrella del Mallorca esta temporada.

Sergi Darder y Cyle Larin, los dos fichajes estrella del Mallorca esta temporada. / RCDM

Miguel Chacártegui

Miguel Chacártegui

No hay nada más difícil en el mundo del fútbol que superar el luto por la marcha de un jugador vital. En el caso del RCD Mallorca, el dolor fue doble al ver a Íñigo Ruiz de Galarreta y Kang In Lee hacer las maletas en verano tras ser una parte clave de la gran temporada de los bermellones, que acabaron novenos y rozando el sueño europeo. La apuesta por Javier Aguirre tras conseguir la permanencia salió a la perfección, brindando a la afición de Son Moix una gran temporada y derrotando a gigantes como Atlético de Madrid y Real Madrid. 

Tras la sufrida permanencia, el corazón de los mallorquinistas necesitaba tranquilidad. Superada la época de cambiar de categoría año sí y año también, el objetivo era luchar de nuevo por la permanencia, pero la temporada dio para muchísimo más. La compra de Muriqi y el fichaje de un desconocido Rajkovic, unidos a un estelar Kang In Lee y a los Maffeo, Galarreta y compañía, creó un equipo que no ofreció un buen fútbol, pero sí práctico y efectivo.

El resultadismo se instauró en el Mallorca, que con resultados cortos y pocos goles vivió toda la Liga alejado del descenso. El Mundial, en noviembre, cortó la alegría, pero en ningún momento la categoría estuvo en riesgo. De hecho, en las jornadas finales empezó a resonar la música europea como un sueño lejano que finalmente no se dio.

Este verano fue un reto para la dirección deportiva encabezada por Pablo Ortells. Kang In Lee se marchó al PSG y Galarreta regresó a casa, al Athletic de Bilbao. El club tiró la casa por la ventana y por 8 y 10 millones trajo a dos que parecían imposible: Cyle Larin y Sergi Darder. Dos fichajes de renombre llamados a liderar el proyecto deportivo durante muchos años, tanto por la inversión como por su calidad. Pero el rendimiento, hasta la fecha, está muy lejos de las expectativas creadas, tanto de ellos como del resto del equipo. 

Lo que para muchos tenía que ser el año en que el poder aspirar a algo más que la permanencia se ha quedado en de nuevo luchar por no bajar a Segunda División. Muy pocas victorias y demasiados empates, con un fútbol plano y aburrido –similar al del curso pasado, pero sin el gol que lo embellecía–. Toca sufrir, aunque este Mallorca da para mucho más. 

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