El Real Mallorca visitará al modesto Valle de Egüés en la segunda eliminatoria de la Copa del Rey. El sorteo emparejó a los de Javier Aguirre a un equipo navarro que esta temporada milita en la Segunda RFEF y que en estos momentos se encuentra en posiciones de descenso. Aunque de más enjundia que el Boiro, el equipo gallego de Preferente al que los bermellones golearon en la primera ronda (0-4), para la plantilla del Mallorca el encuentro servirá de nuevo para dar minutos a los menos habituales.

Aunque la eliminatoria llegará en unas fechas en las que el conjunto mallorquinista vendrá con la carga de disputar un partido cada tres días: el día 25 de noviembre visitará al Atlético de Madrid, el día 29 recibirá en Palma al Cádiz (partido que fue aplazado la semana pasada por la ausencia de Muriqi, convocado con Kosovo) y el día 3 de diciembre jugará contra el Alavés en Son Moix. Y para completar un final de mes sin descanso, el día 9 se enfrentará en casa al Sevilla.

El Valle de Egüés, que celebró el cruce con el Mallorca de forma contenida –los navarros preferían al Athletic, la Real Sociedad o incluso Osasuna–, no debería presentar excesivos problemas a los de Javier Aguirre.

Campo de césped artificial

Constituido a finales de los años 60, militó en categorías regionales hasta su ascenso a Tercera en los 80. En el año 2000 el CD Egüés pasa a denominarse Valle de Egüés y se traslada al campo de Sarriguren, de césped artificial y aforo para 2.000 personas. Ha disputado varias fases de ascenso, pero hasta verano no logró subir a Segunda RFEF. La plantilla la conforman en su mayoría jugadores formados en Navarra y uno de sus fichajes ha sido el delantero Satrústegui, que la pasada temporada jugó en el Mercadal de la Tercera División balear.