Fútbol

El Real Mallorca encarrila la permanencia en Primera División

Un gol de Amath da una gran victoria a los bermellones en Balaídos que les deja con diez puntos de ventaja sobre el descenso, con veintisiete en juego, en un encuentro en el que minimizaron a un frustrado Celta - Los de Aguirre, con una exhibición defensiva, recordaron al equipo de antes del parón por el Mundial y rompieron su racha de seis jornadas sin ganar (0-1)

Amath abraza a Aguirre tras el gol en Balaídos.

Amath abraza a Aguirre tras el gol en Balaídos. / rcdmallorca

Redacción

Este Mallorca es de Primera División. Las matemáticas todavía no lo confirman, pero el gran triunfo de anoche en Balaídos le deja con diez puntos de ventaja sobre el descenso, con veintisiete en juego. El gol de Amath marcó las diferencias en una victoria ante el Celta para el recuerdo que encarrila la tan ansiada permanencia (0-1). Todavía queda certificarla, frente al Getafe el domingo será una gran oportunidad, pero si el equipo juega de esta manera, aprovechando sus recursos y minimizando las virtudes del rival, es evidente que será una realidad. Los bermellones, que llevaban seis jornadas sin ganar y que no vencían como visitantes desde el 6 de noviembre, cuando tumbaron al Villarreal (0-2), eligieron el mejor momento posible para dar la talla.

Las derrotas del Espanyol y Valencia del fin de semana dejaban en bandeja la ocasión, pero se medían a un conjunto que acumulaba siete encuentros sin perder y dejando buenas sensaciones. Por eso hay que darle todavía más valor a lo que hicieron los de Javier Aguirre, que recordaron la mejor versión mostrada antes del parón por el Mundial. Supieron sufrir con una zaga de circunstancias, acabando con Amath de lateral derecho, para dar una alegría a un mallorquinismo que mira al futuro con alivio. La exhibición defensiva fue total ante los Aspas, Seferovic, Veiga y compañía.

Hay que concederle mucho mérito al preparador mexicano, que ha sabido sacar petróleo de una plantilla que ha captado su mensaje desde el principio. Está por ver si acepta la propuesta de renovación del club, pero está claro que se ha ganado tenerla sobre la mesa. Otra cosa es conocer los motivos por los que tanto le cuesta firmar el nuevo contrato.

El Celta se dio cuenta muy rápido de que, sobre el papel, podría hacer mucho daño por su banda izquierda atacando a Antonio Sánchez, que actuó como lateral tras la baja de última hora de Gio. Javi Galán y Miguel le apretaron, pero lo cierto es que la primera acción de peligro tuvo color rojo y negro. Un soberbio pase de Kang In Lee a la espalda de la defensa dejó solo a Amath, que envió la pelota fuera cuando solo debía superar al meta Iván Villar. Una acción que recordó a las tres tan claras que dispuso en la jornada anterior en Zorrilla y que hacía temer lo peor. 

Sin embargo, se pudo quitar la espina muy rápido. Tras un saque de esquina, la pelota volvió a las botas de Galarreta, que centró al corazón del área, la despejó como pudo Unai Nuñez y, de forma muy inteligente, Raíllo le envió el balón con la testa a Amath, que fusiló a placer entre una maraña de piernas. Es el segundo tanto del africano en una liga en la que se esperaba una mayor aportación tras recuperarse de su lesión. Eso sí, este gol fue toda una declaración de intenciones de un Mallorca, liderado por un maravilloso Kang in Lee, que estaba cuajando unos primeros veinte minutos esperanzadores. 

Los gallegos acusaron el golpe, aunque Rajkovic tuvo que estar atento a un cabezazo de Nuñez. La pena para los baleares es que no pudieron ampliar la ventaja en este periodo frente a un rival que no encontraba espacios ya que incluso Antonio, ayudado por Valjent, se había entonado en el flanco diestro. 

Un tiro de Kang In Lee desde lejos que blocó Villar volvió a mostrar los dientes, pero la ocasión clara de verdad llegó después. Maffeo le sirvió un gran pase a Amath desde la izquierda, pero el senegalés, otra vez, no supo definir cuando tenía la portería para él. El ariete no se lo podía creer porque era consciente de que la oportunidad era enorme para adelantar los deberes con un triunfo en un duelo en el que su equipo estaba especialmente inspirado. Los celestes, muy espesos por méritos del rival, apenas dieron señales de vida con un disparo de Gabri Veiga que se marchó fuera.

No lo debió ver nada claro el técnico Carlos Carvalhal porque en el descanso introdujo a Carles Pérez y Paciencia. Y el Celta salió con una marcha más, pero el miedo lo despertó Muriqi con un testarazo que se fue desviado tras un gran lanzamiento de falta de Kang In Lee. Los rojillos, con mucha menos posesión que en el primer acto, resistían con una defensa ordenada, solidaria y con personalidad ante un adversario que no encontraba espacios, por mucho que Carles Pérez hiciera ruido con algunas incursiones. 

Aguirre añadió músculo en el centro del campo con Baba, pero lo mejor era su concentración y que Amath, Kang y hasta Muriqi se transformaban en un defensa más a la hora de juntar las líneas. Especialmente vigilado estaba Aspas, que cada vez que recibía tenía a dos futbolistas encima. Hadzikadunic, en dos ocasiones, probó fortuna con dos cabezazos que no encontraron la dirección adecuada. El bosnio cuajó otra actuación más que correcta y dejó claro que quiere seguir en el once, por mucho que Copete y Nastasic quieran ocupar su posición. 

El problema es que cuando el Mallorca recuperaba el esférico, estaba demasiado lejos para hacer daño. Antonio, con problemas físicos tras el esfuerzo, tuvo que ser sustituido por Kadewere e improvisar, otra vez, la defensa, con Amath de lateral derecho.

Hasta que en el minuto ochenta y uno el Celta dio un susto de muerte. Renato Tapia, que había entrado poco antes, soltó una tremenda volea desde la frontal que se estrelló de forma violenta en el larguero. Era un obús impresionante que había dejado sin reacción a Rajkovic, que respiró aliviado. 

La tensión fue máxima en estos últimos instantes en las dos filas. Raíllo estuvo providencial a la hora de cortar un remate de Hugo Mallo en el corazón del área. Y después Unai Nuñez, ya casi como delantero, cabeceó con peligro, pero el portero serbio estuvo en su sitio. El Mallorca sacó las uñas y el marcador ya no se movió para estar muy cerca de firmar otro año entre los mejores. Se lo ha merecido.