Minuto 91 / Opinión

El Mallorca no bajará a Segunda División

Es muy curioso que, a pesar de solo haber sumado tres de los últimos dieciocho puntos en juego, el equipo haya aumentado a siete su ventaja sobre el descenso

Muriqi celebra con sus compañeros el gol que le dio un punto ante el Valladolid en el José Zorrilla.

Muriqi celebra con sus compañeros el gol que le dio un punto ante el Valladolid en el José Zorrilla. / R. García

Sebastià Adrover

Sebastià Adrover

En el ADN del mallorquinismo está sufrir, es inherente a su condición desde 1916. Esto es una evidencia. Por eso creer que esta temporada el equipo se salvaría con la gorra es de una ingenuidad supina. En el parón por el Mundial parecía que la permanencia estaba encarrilada, pero era obligado que llegaran curvas. El equipo no está tan fino, ni en su juego ni en los resultados, pero es que sus rivales tampoco están para tirar cohetes. Y lo certifica el hecho que, a pesar de solo haber sumado tres de los últimos dieciocho puntos en juego, la ventaja respecto al descenso ha aumentado a siete con este empate en Valladolid. No es una cifra definitiva, ni mucho menos, pero es un colchón apreciable cuando apenas quedan diez partidos, los que de verdad importan, como decía el añorado Luis Aragonés

Lo de antes sí importa. Sin embargo, a pesar de la famosa frase del ‘Sabio de Hortaleza’, las primeras veintiocho jornadas han sido fundamentales para entender que este equipo, que ha hecho tantas cosas bien, no lo hará tan mal ahora para tirar por la borda todo lo que ha conseguido. Suena a acto de fe, pero basado en lo que ya se ha visto en lo que se lleva de campeonato. Hay tres equipos peores, de eso estoy seguro, por lo que no es ninguna temeridad estar convencido de que el Mallorca no descenderá. El pasado curso, y en la primera vuelta, también creía lo mismo y casi me como con patatas mis palabras en este diario, pero la diferencia es que Javier Aguirre, el que tiene más mérito en todo esto a pesar de no ser santo de mi devoción, y cada vez el de más gente, sabe lo que hace. Estos mismos jugadores tienen mucha más experiencia ahora.  

El punto en Pucela es oro puro. No hubiera sido justo que el Mallorca se quedara sin premio en el José Zorrilla, por lo que el empate en el descuento es merecido (3-3). El problema es que deja algunas evidencias, más allá de que seguir en Primera está más cerca. Rajkovic es un porterazo, Morlanes merece más minutos, Muriqi es una bendición, Amath va justo en Primera y este equipo defiende ahora mucho peor. Es extraño que haya sido capaz de ser tan fiable atrás en buena parte del ejercicio y que ahora se esté convirtiendo en vulgar. Los errores en los tantos pucelanos son groseros, impropios de un conjunto con el sello del preparador mexicano, pero la buena noticia es que apareció la pegada del kosovar, junto a la fortuna del penalti, para salvar los muebles.

Tato mantiene con vida al Atlético Baleares. La victoria ante el Alcoyano (3-2) es de las que refuerza la idea de que la salvación es más que posible. Tato necesitaba levantar a un muerto y lo que está claro es que, haber sumado diez puntos de los últimos doce posibles, demuestra que ha sabido dar con la tecla. Todavía quedan partidos por delante para certificar que los balearicos siguen en la Primera RFEF, pero el camino es el correcto. A partir de ahí deberían preguntarse en la planta noble del Estadio Balear los motivos que les han llevado a haber realizado este esperpento de campaña. Y lo más seguro es que no les guste la respuesta. Ver las gradas tan vacías debería hacer reflexionar al dueño Ingo Volckmann, que ha tomado tantas buenas decisiones, de que hay muchas otras que han sido nefastas.

Suscríbete para seguir leyendo